Por María Gómez Vega – IES Numancia
Un entrenador de natación nos cuenta en esta entrevista su experiencia en este deporte en Madrid y nos habla sobre su importancia y también acerca de la poca ayuda que tiene en el mundo deportivo.
Pregunta: ¿Por qué empezaste a entrenar a niños?
Respuesta: En un determinado momento personal de mi vida, dejé un trabajo nada relacionado con el mundo del deporte y decidí tomarme un periodo sabático para desconectar y ver si daba un cambio en mi vida. Tras un año buscándome a mí mismo, surgió la posibilidad de participar de una actividad dirigida a colegios, que buscaba facilitar el acceso a espacios deportivos acuáticos a niños de colegios del distrito de Puente de Vallecas. Se hizo cargo un conocido de la familia, que, sabiendo de mi formación, me ofreció participar dando clases a niños pequeños. Eran pocas horas a la semana, lo cual me permitía seguir formándome y me lancé. Yo fui nadador y los niños me encantan. Me pareció una buena idea y me enganché. Después de unos años trabajando con lo que en natación conocemos como “pequeños” (niños de 3-6 años), los niños crecían y para ofrecerles el aliciente de la competición, decidí formar y fundar un club deportivo de natación para ellos, resultando un tremendo éxito.
P: ¿Por qué natación y no otro deporte?
R: De joven tuve ocasión de entrenar un equipo de fútbol, y no me gusto la experiencia. Vi cosas en esas edades que no encajaban con mi filosofía de vida, lejos de los valores que considero que deben inculcarse a los jóvenes. Yo he sido nadador, y algunas características del deporte acuático me fascinan. También influyó que lo vi más difícil, y eso me motiva siempre. Siento que la natación enriquece al deportista de otra manera, al tener pruebas donde compites en solitario y otras donde tu aportación al equipo es fundamental. Me parece una base poderosa para dar a los jóvenes.
P: ¿Por qué crees que la natación no es un deporte tan importante como el fútbol?
R: Es una pregunta siempre presente en el deporte de este país, donde el fútbol genera muchísimo dinero. Prácticamente todo el país lo sigue de alguna manera y es imposible compararlo con otros deportes. Es una pena, porque la disciplina y los valores de la natación son muy poderosos, pero la natación cuenta con muy poca ayuda. Hay poquísimos espacios acuáticos y los clubes “nos matamos” por tener donde entrenar. No tiene grandes salidas profesionales. Un nadador olímpico, que dedica todo el día a entrenar, gana para vivir y en el deporte de élite, la carrera de un deportista dura poco. Por lo que nadie centra todas sus esperanzas de futuro en este deporte. Así seguimos sin crecer, al menos a nivel nacional.
P: ¿Qué crees que le hace falta a la natación española para que sea más competitiva con el resto?
R: Ayuda. La natación necesita un poco más de “foco”. Más espacios donde practicarla, purgar la mala hierba de los clubes y eliminar “garrapatas” que viven cómodamente sin esforzarse en dar lo mejor de sí mismos. Librarnos de esas personas que solo esperan el sueldo a final de mes y han perdido la consciencia de lo que es la profesionalidad en este deporte. Algo muy actual, y un problema común del país.
P: ¿Cuál ha sido el momento más importante en los Juegos Olímpicos?
R: Hoy en día tenemos buenos deportistas, que trabajan muy duramente y han tenido presencia en los últimos juegos. Pero estamos lejos de las principales potencias. Personalmente, jamás olvidaré a Mireia Belmonte, una verdadera luchadora, con una disciplina y una voluntad descomunal, que nos hizo trasnochar a unos pocos en los Juegos de Río de 2016. Esa noche lloré con ella de emoción por aquel oro.