Lanzadera hacia el empleo

Lanzadera hacia el empleo..

ROBERTO BLANCO TOMÁS.

Como informábamos en diciembre, la Agencia para el Empleo del ayuntamiento de Madrid, mediante un convenio con la Fundación Santa María la Real, ponía en marcha el 30 de noviembre tres “lanzaderas de empleo”, en Puente de Vallecas, Retiro y Usera. Para conocer mejor esta iniciativa, hemos visitado la lanzadera vallecana, alojada en el Centro Cultural Alberto Sánchez.

Las lanzaderas, explica la fundación, buscan un enfoque proactivo: “que el desempleado abandone la desgana o desilusión, que descubra todas las competencias que tiene para ayudar a los demás y encontrar trabajo en equipo”. Así, son equipos de desempleados “activos, visibles y solidarios” que, guiados por un coordinador, “refuerzan sus competencias, comparten conocimientos y colaboran en la consecución de un fin común: conseguir empleo”. Para lograr sus objetivos, la metodología se basa en las técnicas de coaching, con un coach profesional que desarrolla la labor de dinamizador del grupo, si bien las personas desempleadas son las protagonistas. María Senra, coordinadora de la lanzadera vallecana, nos lo explica: “el papel del coordinador es simplemente de ‘facilitador’: fomenta la cohesión de equipo, va dando herramientas, y después va ‘soltando’ a los participantes, por así decirlo. Ellos van cogiendo soltura y autonomía mediante el trabajo de equipo, y se van empoderando progresivamente”.

Los participantes en el proyecto: un equipo cohesionado.
Los participantes en el proyecto: un equipo cohesionado.

Como vemos, el proyecto se basa en la cooperación mutua. “Los desempleados interactúan en un contexto de confianza donde comparten experiencias, formación e información que mejora notablemente las posibilidades de búsqueda de empleo y el desarrollo de proyectos propios”, explican desde la fundación. Las lanzaderas siguen una estructura de funcionamiento “similar al de una empresa con una cultura colaborativa”. De hecho, los participantes se distribuyen en departamentos, que ellos mismos deciden y definen. En el caso de Vallecas, han creado tres: Calidad y Eventos, Recursos Humanos y Comunicación.

Silvia, del departamento de Calidad y Eventos, valora esta experiencia como “muy positiva”. Llevaba sin trabajar un año, y “llegó un momento en que estaba seca de ideas —explica—. Ya no sabía qué hacer para encontrar trabajo, y eso de levantarme a las ocho de la mañana para sentarme tres horas delante del ordenador y ver lo mismo termina haciéndose insoportable. Ahora, el estar aquí, llevar una rutina, tener un horario… me ha dado otra actitud. Y aparte aprendes un montón de cosas de distintos campos”. Silvia insiste en la inteligencia emocional, pues le parece muy importante: “estábamos todos con el ánimo por los suelos, y esto nos ha subido la moral a tope”.

Elena, del departamento de Recursos Humanos, también valora la lanzadera muy positivamente, “tanto a nivel personal como profesional”. En cuanto al desarrollo personal, destaca el “ver que tienes más fortalezas de las que piensas, trabajar la creatividad, enfrentarte a tus miedos, tus áreas de mejora… Y en el aspecto profesional, el trabajo en equipo, por departamentos, que es como si estuvieras trabajando”. “En mi caso —continúa—, al principio no tenía claro qué iba a aportar… Pero luego encuentras tu sitio y ves que sí puedes aportar muchas cosas. Me siento más fuerte, más segura de mí misma, me creo más mis fortalezas, he aprendido a definir bien mis áreas de mejora y he conseguido desarrollarlas”. Elena nos informa de que cinco personas ya han empezado a trabajar, y explica que han creado una nueva expresión para definir lo que sienten por ello: la “penalegría”. Pena porque se van, pero alegría porque han conseguido el objetivo.

Por su parte, David, del departamento de Comunicación, nos cuenta que se enteró de la iniciativa “por vuestro periódico, en la versión web, cuando publicasteis que esto iba a empezar. Así que indagué un poquito, me pareció interesante, y aquí estoy”. “El primer mes fue de inteligencia emocional —nos cuenta—, y me fue útil: vi muchas cosas que hacía que eran negativas para mi búsqueda de empleo. Ahora estoy más seguro de mis posibilidades y de mis competencias, y las he potenciado. Creo que ahora lo hago mejor y soy más selectivo, no voy tan al tuntún”.

Desde luego, una iniciativa de lo más interesante, y de eficacia probada: tras pasar solo un ratito con sus participantes, hasta este redactor ha salido “con las pilas cargadas”. Y con el convencimiento de que conseguirán su objetivo: tienen preparación, empeño y la moral muy alta; no pueden fallar.

 

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Fotos: Cristina Jimnenez Lalana.

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