El hombre hormiga (Poema épico inspirado por el 11M)

I

El insignificante hombre hormiga
sufre
de injusticias
y crueldades
despoja
de los oceánicos atardeceres
a sus pulmones enfermos.

El intrascendente hombre hormiga
lamenta
el escarnio de las muchedumbres,
abomina
los procesos selectivos
y las catastróficas aberraciones,
perdida ya la fe
en la justicia divina.

El infatigable hombre hormiga
desprecia
las proverbiales hambrunas
como péndulos perpetuos,
blasfema
agreste
y furibundo
de inmortalidad
y gloria resurrecta.

II

El tan egregio insecto,
alcanza máxima lasitud
en brechas ásperas,
en el terruño extenuante
de la Gran Meseta,
entre aridez y muerte.
de los estériles acebuchales.

Estas condiciones extremas
ofrecen bajo porcentaje
de provisiones
en sus cosechas,
peligrando el abastecimiento
de sus despensas.

La gravedad del asunto
se cierne bajo presagios
de famélicos pájaros
que sobrevuelan
-ya funestos-
sobre su hormiguero.

Adversidades que tornan imposible
la capacidad reproductiva
de la perpetuación
para su especie.

Las larvas carecen
del nutriente
en esa tierra yerma
de pedriscos
y sequías seculares.

Hostiles motivos
que impulsan,
irrevocablemente,
al desarraigo
de la emigración,
al abandono
de su galería;
la búsqueda de paramentos
no desolados,
exangües,
cobijo de su endémica pobreza
nunca erradicada.

III

Sí que tiene algo de heroico
la permanencia cotidiana
en ese piélago inmenso
de metálicos bosques
con sus desafiantes estructuras
al vértigo.

Sí que tiene algo de heroico
las deshumanizaciones atroces
en el transporte colectivo,
aplastado y sucio,
cara a cara,
con olor y lágrimas.

Sí que tiene algo de heroico
el desprecio a los fanatismos
que intolerablemente emergen,
en un raquítico mundo de idolatras.
Juan Sin Credo

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