Por David Muñoz Montero
Desde el año 2001, el Ayuntamiento de Madrid, a través del Área de Gobierno de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, desarrolla el Programa de Prevención y Control del Absentismo Escolar. Este plan nace del convenio de colaboración entre la Comunidad de Madrid y el Consistorio, y se extiende a los 21 distritos de la capital, con el objetivo de garantizar el derecho a la educación de todos los menores en edad escolar.
En Villa de Vallecas, tiene una especial relevancia, ya que atiende no solo al casco histórico del distrito, sino también a zonas vulnerables como el Sector 6 de la Real Cañada Galiana, donde las dificultades sociales y económicas aumentan el riesgo de abandono escolar. En este contexto, la labor del equipo de educadores y educadoras del programa cobra una importancia fundamental.
Estos profesionales trabajan de forma cercana con las familias del distrito, a través de una comunicación constante y directa, lo que les permite conocer de primera mano la realidad de los hogares y ofrecer una atención personalizada. Su misión no se limita a intervenir cuando el absentismo ya está presente, sino que también se centra en prevenir situaciones de riesgo y facilitar la permanencia del alumnado en el sistema educativo.
Además, con la apertura del plazo de admisión para el próximo curso escolar en la Comunidad de Madrid, desde Educación Infantil hasta Bachillerato, el equipo del distrito, en colaboración con el Departamento de Educación de Villa de Vallecas, presta apoyo a las familias para realizar todos los trámites necesarios, desde cambios de centro hasta solicitudes de nuevas plazas.
Con el objetivo de acercar sus recursos a la ciudadanía, el equipo también difunde de forma clara y visual toda la información relativa al proceso de escolarización, con fechas clave, canales de contacto y la localización del equipo de trabajo.
El Programa de Prevención y Control del Absentismo Escolar recuerda que la asistencia regular al colegio es un derecho, pero también una herramienta clave para la inclusión, el desarrollo personal y la igualdad de oportunidades. Por eso, su labor no solo está orientada a los menores, sino que implica a toda la comunidad: familias, centros educativos y administraciones.