Por dignidad

La cabecera de la manifestación que recorrió Puente de Vallecas el 19 de junio. Foto: F. BódaloVK

Vivimos un momento histórico en el que el actual sistema está «herido de muerte». Cada vez son más las personas comunes en todo el planeta a quienes no les convence el mundo al que nos están llevando. Estamos avanzando enormemente en tecnología y en riqueza, pero los dirigentes no las están poniendo al servicio de las personas, de todas sin exclusión. Llevan a las poblaciones a las guerras, ejecutan genocidios sin nadie que los pare, aprueban presupuestos de rearme y no les importa que crezcan las desigualdades y el incumplimiento de los derechos humanos.

Es el momento de no perder un minuto en quejarse, hablando permanentemente de lo mal que están las cosas, de lo mal que lo están haciendo, de quienes son los verdaderos responsables … Cuando todas las referencias, culturales, éticas, políticas y religiosas han caído o están en claro declive, es el momento de coger el toro por los cuernos, de coger las riendas de la propia vida y al menos hacer lo que está en nuestras manos, empezar por precisar las condiciones en que queremos vivir.

Este es el tema central de nuestra vida y de nuestra especie en este tan particular momento de la historia del ser humano. Solo hay dos posibles futuros: o el abismo y la incertidumbre dada por un sistema desbocado que ya no tiene quien lo dirija, o la construcción de una nueva cultura, un nuevo futuro levantado desde las propias personas comunes y corrientes en el que pongamos por centro al ser humano (a todo ser humano, sin ninguna exclusión) y sus necesidades.

Aprovechemos este par de meses que tenemos por delante, julio y agosto, propicios para reflexionar, tomar decisiones, irlas ejecutando relajadamente, si es que fuera posible, y para, sobre todo, descansar, disfrutar, cargarnos las pilas y coger renovadas fuerzas. Septiembre ha de ser ese mes del año en el que sintamos con fuerza, brillo e ilusión que nos ponemos en marcha y que vamos a por todas.

Es momento de vivir, de alzarnos en pie y por dignidad, de decirnos y decir públicamente, ¡basta! Basta ya de imposiciones, basta ya de hipocresía y de violencia institucional, para a renglón seguido, remangarnos y, codo con codo, con la frente bien alta y el pecho henchido, ponernos en marcha y ya nunca parar.

1 Comentario

  1. Vallecas tiene entidad histórica, sociocultural y poblacional como para pensar seriamente en desarrollar una plataforma política que busque defender los intereses de Puente y Villa de Vallecas a nivel municipal. Las izquierdas han hecho cosas por Vallecas, pero no es suficiente; ahí están los datos socioeconómicos. Necesitamos entidad política propia. No para gobernar la Villa de Madrid, pero sí para condicionar a otros partidos a llegar al gobierno a cambio de respetar nuestra dignidad.

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