Las desigualdades sociales en salud

La salud está vinculada a las circunstancias en las que las personas viven, crecen y trabajan

Por Red Viva

¿Qué son las desigualdades sociales en salud? Son diferencias con origen social, sistémicas, injustas, evitables y modificables que se dan entre grupos poblacionales. También se denominan iniquidades.

Hablamos de salud, no como ausencia de enfermedad, sino como bienestar físico, mental y social. Y está condicionada por las circunstancias en las que las personas viven, crecen y trabajan. Existen diferencias de salud debido a características biológicas, genéticas o decisiones individuales. ¿Cuándo las diferencias se convierten en desigualdades sociales en salud? Cuando no se tiene el mismo acceso y control sobre recursos y oportunidades vinculadas con la salud por la clase social, educación, sexo, etnia, discapacidad, territorio, etc.

La influencia de los diferentes factores que actúan sobre la salud no es igual, y esta tiene más que ver con el código postal de las personas que con su código genético. Nadie duda de la necesidad de un sistema sanitario de calidad y accesible a toda la población como parte de nuestro estado de bienestar y nuestros derechos, pero se tiende a confundir salud con sanidad y atribuir al sistema sanitario un gran peso en la salud de la población, cuando su influencia está en un 10%, según ‘WHO Europe (2019) Healthy, prosperouslives for all: the European Health EquityStatus Report’. Este informe, además, establece que la inseguridad económica y no llegar a fin de mes influye en la salud de quien lo padece un 35%; la baja calidad de la vivienda y del entorno residencial, un 29%; el capital humano y social, un 19%; y el empleo y condiciones laborales, un 7%.

Son diferencias injustas y evitables y hay capacidad para abordarlas. Y ¿por qué le puede interesar a la sociedad acabar con esas diferencias? Porque son enormes y responsables de un exceso de mortalidad y enfermedad en la población desfavorecida, pero afectan a toda la sociedad, distribuyéndose según la escala social. Cuanto menores son las desigualdades en salud de una sociedad, mejor será la salud del conjunto social. Las sociedades más sanas no son las sociedades más ricas, sino las más igualitarias. (Mónica Townson, Universidad de Toronto). Incluso entre sociedades y países más ricos, el nivel de renta per cápita no determina la salud y bienestar social de la población, sino el nivel de desigualdad. En sociedades más desiguales, aunque sean ricas, hay peores cifras de obesidad, salud mental, mortalidad infantil o embarazos en adolescentes. También peores indicadores de bienestar social como número de personas en prisión, homicidios, capacidad de mejora social o nivel de comprensión en lengua y matemáticas. En realidad, a la sociedad no le viene bien las desigualdades, porque no es algo que sólo afecte a la parte más desfavorecida, sino al conjunto de la población.

Es posible minimizarlas

Por este motivo hay que trabajar para minimizarlas. Al tratarse de causas sociales, existen posibilidades para reducirlas. Las entidades que trabajan codo a codo con la población son las que tienen más posibilidad de mejorar la capacidad para acceder a bienes y servicios necesarios, supliendo así la ausencia o limitación de recursos personales, familiares, comunitarios, sociales y económicos.

Durante 2025, Red Viva publicará cómo disminuir las desigualdades en salud.

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