ROBERTO BLANCO TOMÁS.
El Servicio Madrileño de Salud y la Cruz Roja de Madrid firmaban en diciembre de 2013 un polémico convenio para la coordinación de la colecta, extracción, procesamiento y distribución de los componentes sanguíneos en la Comunidad de Madrid. El objetivo era, según la CAM, evitar duplicidades en la actuación de ambas instituciones y realizar una distribución “más sensata” de esta actividad.
Pero los trabajadores del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid y muchos donantes no lo vieron así, argumentando que “precisamente para terminar con duplicidades anómalas se creó en 1988 el CTCM y se unificaron los distintos bancos de donación que existían”, no entendiendo que el “primer eslabón de la cadena”, la donación altruista de sangre —un producto que no se puede fabricar y que depende totalmente de dicha donación— fuera cedido a una entidad privada como Cruz Roja, a no ser que el fin último sea la privatización total de este servicio, tan básico para toda la red sanitaria.
Desde el 1 de marzo de este año, en virtud del convenio, el Centro de Transfusión pasa a pagar 9.380.000€ anuales por la sangre —sin procesar— que extrae Cruz Roja, lo que equivale a 67€ por bolsa. Aparte del gasto en algo que hasta el 28 de febrero realizaba el centro sin coste añadido, y de que además las unidades móviles y todo el material necesario para esta actividad las pone la CAM, los profesionales entienden que con este acuerdo los estándares de calidad se ven amenazados: “corremos el riesgo de que la prioridad pase a ser la cantidad de bolsas extraídas y el dinero que ello reporta”, según denunciaba la Asociación de Empleados del Centro de Transfusión de Madrid en un comunicado.
Pero además los trabajadores denuncian estar siendo testigos de frecuentes incumplimientos de las condiciones del convenio. “Para empezar, Cruz Roja no está aportando al Centro de Transfusión las unidades de sangre que había comprometido”, estimando dicho incumplimiento en unas mil unidades mensuales menos al mes. “En segundo lugar —continúan—, se incumple nuevamente el convenio cediendo una quinta unidad móvil no prevista. En tercer lugar, y no por ello menos grave, se están produciendo innumerables casos de duplicidad en las colectas programadas por las dos entidades”. En este sentido, ADECETMA explica que “no es raro observar que en puntos geográficos muy próximos se sitúan en fechas muy cercanas un autobús del Centro de Transfusión de la CAM y otro de Cruz Roja. Es especialmente sangrante el caso del Centro de Salud Federica Montseny, donde en un periodo de un mes han sido convocados en dos ocasiones en el mismo punto, día y hora ambas unidades móviles. Esto no es solo producto de la mala planificación y coordinación que se produce desde la firma del convenio: se trata más bien de una injerencia de la entidad privada en la donación pública, vulnerando de manera evidente el ámbito de actuación recogido en el convenio”, dado que según el mismo “el CTCM llevará a cabo estas labores en todos los centros, servicios y establecimientos sanitarios tanto públicos como privados de la Comunidad de Madrid con punto de donación, y el CTCR se encargará de la extracción de sangre en el resto de las localizaciones”.
Los trabajadores se quejan asimismo de la inexistencia de medidas correctoras previstas en el convenio para evitar estas irregularidades. “Parece que la solución que los responsables adoptan es mirar para otro lado, tapar los problemas y seguir quebrantando el convenio para conseguir que se cumplan, sobre todo, los objetivos económicos previstos. No parece que la calidad y la eficacia del proceso esté entre las prioridades que se manejan en esta situación”, denuncian. Por este motivo, continúan animando a la ciudadanía “a seguir donando en los puntos públicos, hospitales y centros de especialidades, y en el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid —Avda. de la Democracia s/n—, porque no hay mayor muestra de solidaridad que la donación desinteresada de sangre”.