Por Isabel Rangel, enfermera del Centro de Salud José María Llanos
Desde hace varios años, a comienzos de cada curso, nos reunimos con los centros escolares de la zona. Las enfermeras encargadas de la Educación para la Salud y Participación Comunitaria del Centro de Salud José María Llanos lideran estas reuniones, que sirven para poner en común las necesidades de toda la comunidad educativa en materia de prevención. De ahí parte un cronograma con las diferentes actividades a desarrollar en cada trimestre.
¿En qué consisten los talleres? Intentamos abarcar todos los ciclos. Con los benjamines del cole hablamos de accidentes infantiles: quemaduras, caídas o sistemas de retención infantil de los automóviles, entre otros. En la etapa de Primaria promocionamos hábitos saludables (alimentación, descanso y actividad física) y damos unas pinceladas sobre higiene tecnológica y adicciones. Estos dos temas, junto con la educación afectivo sexual y los primeros auxilios, son los que tratamos en los cursos de ESO y FP.
En total, entre las diferentes temáticas, llegamos a superar las 40 sesiones. Se consigue ponerlas en marcha gracias a la implicación de mucha gente que acumula horas y horas de trabajo, ya que hay que coordinar con el profesorado las fechas, la duración y la elección de las aulas. Necesitamos, además, cuadrar las agendas de los profesionales sanitarios que se ausentan del centro para impartirlas. A continuación, se prepara el material. Revisamos la bibliografía, y actualizamos y adaptamos los contenidos. Intentamos fomentar un clima participativo para que resulte más ameno.
Pretendemos, finalmente, dotar a los estudiantes de herramientas y habilidades que les ayuden a mantener conductas positivas en cuanto a su salud y a la de su familia, un objetivo que no alcanzaríamos sin la colaboración entre educación y sanidad.
Primeros auxilios
Profundizaremos un poco en el proyecto de los primeros auxilios. La instalación de desfibriladores en polideportivos, centros comerciales y otros espacios públicos, y la actual pandemia nos han impuesto nuevos protocolos de actuación que conviene difundir. Para ello, el entorno educativo nos parece el más idóneo. Contamos con maniquíes de simulación y los complementamos con presentaciones en formato audiovisual en las que se proyectan vídeos explicativos breves. Procuramos simplificar el mensaje y le damos mucha importancia a la comunicación, fundamental para garantizar una adecuada cadena de supervivencia ante una PCR (parada cardiorrespiratoria). Explicamos de forma clara cómo y cuándo avisar a los servicios de emergencia, abordamos el inicio de las maniobras de RCP (reanimación cardio pulmonar) básica, y la localización y manejo del desfibrilador.
Sabemos que actuar rápido mejora el pronóstico del paciente y minimiza las secuelas, y son muchos los estudios que lo avalan. Si logramos concienciar e instruir a la población general para desenvolverse en estas situaciones, obtendremos el mejor de los resultados: salvar vidas.