Por David Muñoz Montero
En un mundo que todavía mira con recelo a quienes deciden hacer del arte su profesión, hay historias que rompen el molde. Naiara Ruz, nacida en Madrid en el año 2000, se define a sí misma como una `zillenial´ (nacidos entre 1992-1998) y ha convertido la literatura en el eje de su vida. Lo hace desde Puente de Vallecas, su distrito, el que le ha acompañado en cada paso y donde hoy también devuelve parte de lo que ha recibido.
“Yo siempre digo que no me sale ser escritora, yo ya nací así”, cuenta con la claridad de quien lleva años conviviendo con esa certeza. Aunque desde pequeña escribía cuentos y mundos inventados, lo que para ella era una vocación, para muchos seguía siendo solo un pasatiempo. “Todo el mundo ve las artes como un hobby, así que no tuve ese impulso de pensar que podía dedicarme a esto”, recuerda.
El recorrido no ha sido lineal. Estudió Derecho y llegó a trabajar en una gran empresa, con contrato fijo y un buen sueldo. “Me salió todo como se supone que tiene que salir… pero no podía escribir, y entré en una crisis total”, reconoce. Un año después, lo dejó todo para volver a lo esencial: crear historias. Hoy compagina un trabajo a media jornada con su vocación, lo que le permite dedicarse de lleno a la creación literaria.
Su visión del oficio es amplia, sin ataduras. “Yo no escribo géneros, escribo historias”, dice con firmeza. Aunque en sus publicaciones actuales se mueve entre la fantasía, el romance y el misterio, tiene planes para desarrollar proyectos de terror o históricos. “No entiendo eso de encasillarse. Si eres buen narrador, puedes contar lo que quieras, da igual el género”, argumenta.
Esa libertad también la aplica al cómo publica. Naiara apuesta por la autopublicación, una decisión que no solo le da independencia, sino que también se alinea con sus valores. “Es más rentable que una editorial y, sobre todo, el libro es mío. Yo tengo el control sobre mis derechos”, explica. En la actualidad, publica a través de Amazon, pero ya está planeando dar el siguiente paso: gestionar sus propios volúmenes desde su web. “Yo me gestiono como si fuese una empresa, como si fuese un autónomo”, añade.
Su primer libro, ‘Llamas en el infierno’, es una `dark academia´ que mezcla romance y misterio, con una crítica valiente a la moral religiosa y a los abusos de poder. El más reciente, ‘El espacio entre nosotros’, explora el bloqueo creativo, las heridas familiares y las amistades tóxicas a través de una historia romántica ambientada en Italia. “Muchas veces se dice que los artistas crean desde el dolor, y es cierto… pero a veces el dolor también bloquea”, señala.
Llevar la vocación a las aulas
Más allá de su obra, Naiara asume una labor de difusión y pedagogía que conecta directamente con el barrio. “Me dedico a ir por los institutos de Vallecas a dar charlas y talleres. Me parece muy importante, porque a mí me habría encantado tenerlo”, comenta. No solo habla de literatura, sino de lo que significa poder vivir de una vocación artística, de decirles a los chavales que sí se puede. “Es complicado, claro, pero sacarse una carrera también lo es. Todo es difícil. Ahora, al menos, tenemos herramientas como la autopublicación”, apostilla.
Sus redes sociales son @naiiaruz (Instagram) @naiawrite (TikTok)