ROBERTO BLANCO TOMÁS.
El cierre durante cinco meses de la práctica totalidad de la línea 1 de Metro por reformas es uno de los temas más importantes de la actualidad vallecana. Junto a las reivindicaciones vecinales para que dicho cierre perjudique en la menor medida posible a los vecinos, hay otra demanda de igual importancia que también se localiza en nuestro barrio. Nos referimos a la campaña de la Asociación de Parapléjicos y Personas con Gran Discapacidad Física de la Comunidad de Madrid (ASPAYM Madrid) y la Fundación del Lesionado Medular, ambas radicadas en Vallecas (camino de Valderribas, 115), para que la obra garantice la accesibilidad como mínimo en las estaciones de Portazgo y Buenos Aires. Para conocer mejor esta campaña, hemos hablado con Yolanda Hernández, terapeuta ocupacional y responsable del departamento de Accesibilidad y Nuevas Tecnologías en ASPAYM Madrid, y con Luis Cabrera, uno de los fundadores de la asociación y patrono de la FLM.
¿Cómo nace esta campaña?
Yolanda: Las personas con movilidad reducida que acuden a nuestro centro tienen que venir en coches particulares, pues llegar hasta aquí en Metro es prácticamente inviable por la inaccesibilidad de las estaciones más próximas. La más cercana accesible, Alto del Arenal, se encuentra como a kilómetro y medio, y en cuesta. A eso hay que añadir que existe una normativa que obliga a Metro a que en 2017 todas las paradas susceptibles de realizar los ajustes necesarios sean accesibles. 2017 está a la vuelta de la esquina, y no se ha hecho nada. Entonces, sumándose a la petición que CERMI Madrid hace para que se tenga en cuenta esta normativa, ASPAYM Madrid y la FLM han aprovechado que se van a realizar estas obras para recordar a Metro de Madrid que necesitamos que este medio de transporte se pueda utilizar por todas las personas.
Luis: Aquí tenemos semanalmente más de trescientas personas que vienen a hacer rehabilitación, ocio, deporte, consultas con nuestros técnicos… El que no tenga coche lo tiene complicadísimo. Los otros transportes de Madrid han ido adoptando medidas en este sentido, pero en el Metro llevamos un retraso tremendo. Y hemos pedido que se aprovechen estas obras para que por lo menos las dos estaciones más próximas, Portazgo y Buenos Aires, sean accesibles. Esto no es solo para nuestro colectivo: es una zona con muchísima gente mayor, gente joven con carritos de bebé, etc.
¿Cómo sería una “estación accesible”?
Yolanda: Para poder considerarla “estación accesible” tenemos que poder realizar varias acciones. Lo primero, entrar: que cuente con ascensor hasta el vestíbulo y desde allí hasta la zona de andenes, y que funcionen bien. También escaleras mecánicas, no para personas en silla de ruedas, pero sí para los usuarios que utilizan bastones, además del resto de la población de Vallecas: personas mayores, carritos de bebé, carros de la compra, personas con maletas, personas lesionadas, etc.
Una vez en el vestíbulo, tenemos que comprar el billete. Por lo tanto, poder acceder al mostrador para hacer esa compra o máquinas expendedoras de billetes accesibles tanto física como cognitivamente; es decir, que yo pueda, sin conocer bien la red de Metro, sin hablar el idioma o con una discapacidad intelectual, comprar el billete. Tornos accesibles, por supuesto. En el andén, un vagón al que pueda entrar sin problemas, sin hueco entre vagón y andén; y en su interior, espacios y dispositivos reservados para que la persona pueda viajar de forma segura y cómoda. Esto es, a nivel general, la valoración que hacemos desde nuestro colectivo, pero otros como las personas con discapacidad visual o auditiva tienen otra serie de peticiones, que también se deben tener en cuenta, pues ya digo que hay una norma que establece todo esto. Lo ideal sería poder acceder sin ningún tipo de problema y sin necesitar a nadie. Autonomía, en suma.
¿En qué consiste la campaña?
Yolanda: Comenzamos con una serie de cartas explicando cuál es nuestra demanda y por qué consideramos que es importante. Las enviamos al Consorcio Regional de Transportes, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, a la Consejería de Transportes de la CAM, al director de Metro de Madrid, a los departamentos de Cumplimiento Normativo y Transparencia y de Cultura Corporativa de Metro y al concejal del Distrito. Solo hemos recibido respuesta del CRT, pasando la petición a Metro por ser quien tiene autoridad; y de Metro de Madrid, que nos contestaba que no está muy de acuerdo con nuestra interpretación de la normativa y que va a intentar hacernos partícipes de todas las medidas de accesibilidad que se van a tener en cuenta en la obra. Nosotros entendemos que si se hace una obra que va a costar tanto dineral y no se tiene en cuenta ya de base esto, que a día de hoy es un derecho primordial de las personas con discapacidad y del resto de la ciudadanía, no se va a hacer nunca; por lo tanto es nuestro momento. Así que hemos iniciado también una recogida de firmas, tanto físicamente en el barrio como online en la plataforma Change.org. Actualmente llevamos recogidas en papel más de 1.400, y online unas 600.
Luis: Vamos a estar todo abril con esta campaña, así que la gente tiene tiempo todavía de sumarse a la iniciativa… Y sobre lo que apuntábamos de las personas mayores: mi madre tiene 85 años, no tiene ninguna discapacidad, pero no puede montarse en Metro porque no puede bajar 50 escalones. Es ahora un momento perfecto para cambiar esto y que todos podamos usarlo. Hasta ahora el Metro de Madrid vuela, pero sin nosotros.
También quiero insistir en que escuchar a los afectados es clave. Hay un caso reciente que puede servirnos de ejemplo: se han remodelado prácticamente todas las aceras de la avenida de la Albufera, y los rebajes que han puesto están mal hechos. Ha habido voluntad política, ha habido presupuesto, pero sin embargo la ejecución de la obra no ha sido todo lo buena que estábamos esperando. Y eso es porque no consultan a “los que sabemos de esto”.
Yolanda: No te das cuenta de lo importante que es la accesibilidad hasta que la necesitas. Hasta que no te encuentras tú mismo la barrera, no ves la importancia de que haya rampa, que esté bien hecha, etc. Por eso, queremos que quede claro que no es una lucha solo de ASPAYM Madrid y la FLM, sino que es para todo el barrio. No es una reivindicación propia de 300 personas que vienen a hacer rehabilitación y los profesionales que estamos trabajando aquí, sino que tiene que ser algo que para todos sea importante y que seamos conscientes de que es el momento de hacerlo.
Fotos: R.B.T.