Es evidente que lo que viene sucediendo desde hace apenas tres semanas está marcando un momento de nuevas movilizaciones en el que se ha expresado por primera vez “la chavalada”, adolescentes desde 15 años y jóvenes de muy diverso perfil, para dar respuesta en franca sintonía desde el sentir “nos tocan a una y nos tocan a todas”. Los que pasamos de los 25 años vimos con gran alegría a miles de ellos marchando junto con unos pocos cientos de adultos, haciendo presentes el corazón, la rabia y la indignación.
Con la respuesta dada el viernes 25 a la desproporcionada carga policial del día anterior hemos demostrado que estamos ahí, que somos las personas las que estamos ahí, superando las diferencias y apostando por la unión. Los adolescentes y jóvenes se movilizan y nada ni nadie les va a parar. El “si tocan a una, tocan a todas” podrá madurar y buscar cauces y expresiones para que sume a la larga trayectoria vallecana de lucha por la dignidad. En este escenario ¿cuál es el papel que hemos de jugar los adultos?. Nosotros tenemos experiencia y ganas de seguir en la brecha, pero los protagonistas han de ser los adolescentes y los jóvenes. ¡Escuchémosles!, permitámosles vivir, que sean protagonistas. ¡Dejémosles espacio!.
Vallecas se levanta y ya no se parará. Sí, es momento de avanzar con creciente resolución en nuestras respuestas y movilizaciones. Necesitamos de la valentía y de la unión de todos. Los vallecanos queremos que se nos deje vivir con sencillez, como somos nosotros, pero, … como nosotros queramos. Sin imposiciones, ni maltratos, ni injusticias … y cada vez estamos más dispuestos a conseguirlo sí o sí.
Lo que se expresó el viernes 25 frente a la Asamblea y por las calles, es lo humano en su expresión más fresca, más inocente, con la fuerza de lo sencillo. Se está expresando una sensibilidad, en Vallecas y en todo el mundo, que nace desde algo más de dentro de las personas y será como un tsunami humano que no habrá nada que lo pueda detener, que barrerá toda injusticia y todo maltrato, y posibilitará que todo lo bueno, lo mejor de cada uno de nosotros, aflore.