REDACCIÓN.
La idea de que la educación y las condiciones en que se ejerce deben ser iguales para todos, para así garantizar la igualdad de oportunidades en el alumnado, es un principio comúnmente aceptado por toda (o casi toda) la sociedad en nuestros días. Pero desde el curso pasado esto no parece regir en las escuelas infantiles de nuestra ciudad, por cuanto desde entonces existen grandes diferencias entre la red de escuelas del Ayuntamiento y la de la Comunidad de Madrid. En años anteriores existía un convenio de colaboración entre ambas Administraciones, pero para el pasado curso el consistorio madrileño pretendía mejorar las condiciones en los nuevos concursos y, al no acceder a ello la Comunidad, decidió no renovarlo, creando su propia red de escuelas infantiles y dando lugar a la curiosa situación que continuará en este curso 2018/19.
La mejora más llamativa en la red municipal ha tenido que ver con los concursos para las escuelas infantiles de gestión indirecta, haciendo desaparecer el “precio de bajada”. Esto quiere decir que ya no se puntúa que las empresas que concurran a esos concursos bajen la oferta sobre el precio de salida, sino que ese precio se mantiene y lo que se puntúa es cómo se gestiona el mismo. Por ejemplo, se promueven las mejoras salariales del personal (exigiendo un mínimo de un 20% sobre el convenio) o se establece que debe haber dos personas por aula (antes había un tutor o tutora por aula, exigiéndose solamente una persona de apoyo para toda la escuela). Los profesionales del sector que hemos consultado para escribir el presente reportaje se han mostrado satisfechos con este criterio, pues explican que, tal y como estaban antes las condiciones de los concursos, cada vez resultaba más inviable para un proyecto o empresa educativa presentarse a ellos, suponiendo en la práctica una puerta abierta de par en par a las empresas de servicios (que lo mismo gestionan un contrato de limpieza que uno educativo o de cualquier otro tipo) y a la caída en barrena de la calidad en la educación (primándose el negocio sobre el servicio).
Bajada en ratios y precios
A ello hay que añadir, como nuevo para el próximo curso, una bajada de ratio en las aulas, con la intención de contrarrestar la creciente subida de años anteriores: en bebés seguirían siendo 8 por aula (no habían subido anteriormente), en las aulas de 1 año la ratio baja de 14 a 13, y en las de 2 años lo hace de 20 a 16, lo que añadido al mencionado incremento de dos profesores por aula supondrá un notable aumento de la calidad educativa.
Los cambios introducidos en la red municipal se han notado también de forma muy acentuada en los precios, con bajadas en algunos casos bastante importantes. Éstos están fijados en función de la renta anual per cápita de las familias, y las bajadas del Ayuntamiento que se pusieron en práctica el pasado curso han favorecido a las rentas más bajas. Así, las inferiores o iguales a 5.644€ pasaron de pagar 64€ al mes a solo 14€. El siguiente tramo, hasta 7.656€, bajó de 104€ a 54€. En cuanto al que le seguía, en el que se encontraba la mayoría de las familias por ser enorme (hasta 25.725€, que pagaban 144€/mes), el consistorio lo dividió en tres: hasta 9.288€ pagan como el anterior (54€), hasta 15.288€ son 94€ cada mes, y hasta 25.725€ abonan 134€ mensuales. Finalmente, las rentas superiores a 25.725€ también ven reducida su cuota, de 208€ a 174€. Si a esto añadimos que los bebés abonaban en cursos anteriores, junto con la cuota, un suplemento de 48€ que también se eliminó el pasado curso, para algunas familias la rebaja ha podido llegar hasta los 100€.
Este año la CAM ha “movido ficha”, y en su acuerdo de 17 de abril para fijar los precios también ha introducido bajadas en los mismos, que aun así continúan muy lejos de los municipales. Vean ustedes mismos: 57,76€ para rentas inferiores a 5.644€, 93,86€ para rentas hasta 7.656€, 129,96€ para la “supercategoría” hasta 25.725€, y 187,72€ para las superiores. Además, continúa el “suplemento” para bebés: 43,32€ que añadir a la cuota ordinaria.
Alimentación y formación
Además de todo ello, en los comedores de la red municipal se está introduciendo la alimentación ecológica, resultado de la firma del Pacto de Milán por el Ayuntamiento, fijando por ejemplo en los pliegos de contratación la obligatoriedad de ir introduciendo alimentos de distintos grupos año a año, prohibiendo determinados alimentos o estableciendo que el aceite deberá ser de oliva virgen extra. Asimismo, está apostando decididamente por la formación, tanto a nivel pedagógico como de alimentación, para los distintos colectivos que componen la comunidad educativa.
Sabido es que la educación, en cuanto a “vivero” de nuevos ciudadanos, es una de las bases sobre las que se asienta una comunidad. Por ello, solo podemos felicitarnos de toda medida que venga a mejorar más y más su calidad. Y desear que dichas mejoras, una vez comprobado que realmente los son, se extiendan a todas las escuelas, para así hacer realidad el principio que mencionábamos al principio: que la educación debe ser igual para todos.
Imágenes: Prensa AYTO.