ROBERTO BLANCO TOMÁS.
La camiseta verde es símbolo de la escuela pública, pero no todos saben que la idea nació en Vallecas. Aprovechando que este año se cumple el décimo aniversario de su creación, nos reunimos con algunas de las personas que participaron en este proceso (Gilbert, Pedro, Isidro, Enrique, Josele, Mariam, Maribel, Paco, Fede, Consuelo y Mar) para rememorarlo.
Nuestra historia comienza en 2007, en los meses anteriores a las elecciones municipales y autonómicas de aquel año. Isidro lo recuerda: “La pública iba perdiendo terreno frente a la concertada por la política del PP. Frente a eso, nos planteamos un grupo de padres del APA del C.P. Palomeras Bajas hacer una campaña de denuncia en Vallecas de cara a las elecciones, formando la Asamblea de Afectados por el Abandono de la Escuela Pública. Era una campaña de dos o tres meses, y nos pusimos en marcha para implicar al mayor número posible de colectivos: colegios, institutos, la Plataforma por la Escuela Pública de Vallecas y la delegación de la FAPA de Vallecas”. En el marco de esta campaña, se llevaron a cabo una serie de actos: un coloquio entre los partidos políticos, un encierro, una comida popular y una concentración frente a la Asamblea de Madrid. También se redactó un manifiesto, y su título (“Escuela pública de tod@s para tod@s”) se convirtió en el lema de la campaña y posteriormente de la camiseta. “Cuando Fede planteó este eslogan, a todos nos enganchó, no hubo discusión”, apunta Maribel. La idea de la camiseta surgió después, a propuesta de Isidro, “porque trabajo en eso y me era fácil”, explica. “El color no estaba decidido —continúa—. Al final nos quedamos con el verde porque era llamativo. Luego no sabíamos si poner las letras y los dibujos en blanco o en negro. Hicimos una camiseta en cada color y elegimos el blanco, que se veía mejor”.
Paco destaca el “cambio de chip” que supuso esta campaña: “nos dio una dimensión distinta: por las condiciones en las que estaba la escuela pública, no solamente en cuanto a infraestructuras, sino a nivel educativo. Fue un revulsivo para que la gente se fuese quedando con que esto no es una lucha solo de los problemas concretos, sino algo más amplio”. Isidro sigue con el relato: “la campaña se hizo, y pasadas las elecciones nosotros nos retirábamos, eso lo teníamos claro. Pero vimos que la camiseta era una forma de identificar Vallecas y su identidad con la escuela pública, además de una manera de conseguir fondos, así que una vez terminada la campaña la cedimos a la plataforma. Ésta siguió durante años haciendo camisetas, poquitas, porque había gente que las pedía, y de alguna manera la usábamos como identificación del movimiento educativo de Vallecas: cuando había una manifestación, nosotros íbamos con nuestra camiseta verde, y siempre, cuando llegabas y buscabas a la gente del barrio, veías la mancha verde y allí nos juntábamos todos”.
Resurge el movimiento
Estamos ya en 2011, y el cabreo general con la situación del país va creciendo hasta niveles insospechados meses antes. Este cabreo, que culminará en el 15M, también es visible en la educación. En Vallecas, más de un millar de personas participan en las Jornadas Culturales de 24 horas que tienen lugar el 11 de mayo en el IES Madrid Sur, y 200 de ellas pasan la noche en vela en un acto simbólico de protesta. Del mismo surge un comunicado, que termina con la consigna “Vallecas no se calla y seguirá movilizándose en defensa de la escuela pública”. Consuelo evoca aquel momento: “desde la movilización del Madrid Sur, que fue la hostia, saltó una chispa que tiró para arriba de muchas maneras”. Un poco antes, en abril, se había realizado una asamblea en el mismo instituto en la que se había tomado la decisión de retomar la camiseta verde. Fede rescata un momento significativo de aquella asamblea: “hubo un padre, Nacho, que dijo: ‘estoy viendo riadas de gente con las camisetas verdes yendo hacia Madrid en manifestación’, y yo me dije: ‘Vaya hombre, un visionario’… Pero acertó”.
En el acierto de dicha visión influyó un hecho represivo, que avivó la llama en lugar de sofocarla. Lo recuerda Isidro: “una profesora se pone la camiseta para ir a hacer una prueba de 6º al Liceo Cónsul, un colegio concertado de Entrevías, y es sancionada: le abren un expediente por llevar la camiseta verde, ya que la Inspección considera que es ofensiva. Claro, eso corre como la pólvora…”. Entonces la plataforma decide en una asamblea celebrada a primeros de julio llamar a llevar la camiseta en el primer día de curso 2011/2012, y todo el mundo quiere una. Isidro nos lo cuenta: “La gente solamente sabe que hay una camiseta que provoca una sanción, y empiezan a preguntarse: ‘¿Cómo será esa camiseta? Yo quiero esa camiseta’. Así que en septiembre todo el mundo quería la camiseta. La primera manifestación que se hizo recién iniciado el curso fue enorme. Era tal la cantidad de gente que un periodista la definió como ‘una marea verde’, y de ahí salió la Marea Verde”. Fede destaca cómo se organizaba al principio en “asambleas abiertas, un poco el estilo 15M, que corre paralelo”. También Consuelo: “Aquello fue lo más asambleario que yo he visto, y había mucha movilización. Se hacen asambleas en los centros, luego estaban las de zona, y las zonas iban después a la asamblea de Marea Verde de todo Madrid”.
“En un año o dos se mantuvo la asamblea de Marea Verde a ese nivel, mientras que por otro lado continuaba la organización de siempre: Plataforma de la Escuela Pública regional, con los antiguos grupos de sindicatos y la FAPA, más institucional”, repasa Consuelo. Para Fede, “tanto el 15M como las Mareas superan una estructura organizativa, y eso es muy positivo. El problema de las organizaciones es si se adaptan a este nuevo juego de horizontalidad, de asamblearismo, de participación y de no poner primero la organización y luego el resto, y ése es el reto. Y aquí en Vallecas, yo no tengo duda de que la plataforma lo ha asumido, y creo que en Madrid el intento también ha sido muy interesante. Ahora está un poco en crisis: seguimos participando en la asamblea de Marea Verde, pero estamos un poquito a la baja, porque ha bajado un poco la movilización también. La plataforma regional, como es una suma de entidades y organizaciones, lo tiene más sencillo a ese nivel, pero también está un poco obligada por la asamblea, que tensiona para que la plataforma asuma otros comportamientos más horizontales”.
A la hora de recapitular, Pedro cree que la camiseta “está genial” gracias a sus tres puntos fuertes: el color, un lema inclusivo y el diseño, “que transmite un estilo”. Sobre todo el proceso, Enrique piensa que “estamos muy cerca de los hechos para calibrar bien su repercusión”. “Pasarán años, y yo estoy seguro de que las personas que han vivido esto y no tenían antes otro referente similar no lo van a olvidar en su vida”, concluye. Cierra Fede: “Yo creo que la gente se ha empoderado. Nuestra lucha era por hacer el colegio nuestro, de toda la comunidad educativa, y a lo largo de todos estos años creo que se ha ido consiguiendo dar forma a eso: el concepto de ‘comunidad educativa’, que se ha ido extendiendo y hoy se maneja de manera habitual”. Pero esta historia no ha terminado, pues la lucha sigue. Buena prueba de ello es la huelga y las movilizaciones convocadas en educación para el 9 de marzo. Allí nos vemos, vecinos, con la camiseta verde.
Foto: R.B.T.