Por Juan Rodríguez
El Madrid pegó más duro que el Rayo o, si queréis que lo digamos en términos de entrenadores, fue “más contundente en las áreas”, y se llevó la victoria en un partido en el que acabó con la lengua fuera, cansado de defenderse de los ataques de un Rayo que lo intentó hasta el final, pero que no pudo rescatar un punto.
Y es que, ante las bajas de De Frutos (por tarjeta) y Nteka (por lesión), los de Vallecas sorprendieron a todos al formar de inicio con un doble lateral zurdo en la banda izquierda, Pacha Espino y Pep Chavarría, adelantando así Álvaro García su posición para ser el referente en ataque del equipo. No fue una mala solución táctica de Íñigo Pérez ante la falta de efectivos en la delantera, pero sí era una clara desventaja ante los Vinicus, Mbappé, Rodrygo, Bellingham… de la acera de enfrente. Unos pegaban con un punzón, los otros con un mazo.
Porque eso fue lo que decantó la balanza del encuentro: la definición ante la portería rival. En la primera mitad, obviando un remate de Aridane por encima del larguero del titular Lunin al poco de empezar el partido, lo que tuvimos fue un Madrid desatado, presionando como nunca y atacando sin pausa. El 1-0 llegó en el minuto 29 (Mbappé fusila a Batalla tras sacarle un rebote a Aridane), el 2-0 lo hizo en el minuto 33 (jugadón individual de Vinicius, eléctrico, caracoleando sobre las propias caracolas por su querida banda izquierda), y raro fue que no llegara el tercero en ese vendaval ofensivo de los de Ancelotti. Pero no llegó, el Rayo sobrevivió y, cuando expiraba la primera parte, anotó un golazo (remate ajustado y violento de Pedro Díaz que pegó en el larguero y botó dentro -tal como revisó el VAR-) que lo enganchó definitivamente al partido.
En la segunda parte, las tornas cambiaron y el que dominó el juego, casi de cabo a rabo, fue el Rayo. Cada vez adelantaba más las líneas, cada vez llegaba más al área del Madrid, y cada vez sentía menos peligro a sus espaldas (entre la sustitución de Rodrygo, el partido plomizo de Bellingham y la desconexión repentina de Mbappé, los de Ancelotti se fueron apagando como una vela que quema toda su cera).
Pero, volviendo a lo que decíamos al principio, el Rayo le faltaban cañones para asaltar la fortaleza y se quedó a un suspiro de convertir alguna de sus llegadas en el gol del empate, como un tiro de Álvaro García en el 74 que detuvo Lunin. De nada sirvieron los cambios del mister, que introdujo a Balliu, Trejo, Oscar Valentín, Unai López y Guardiola para agitar el árbol a ver si caía algún fruto. No cayó ninguno (el remate de Trejo en el 87 se fue más desviado de lo que debería). El Rayo se va sin puntos, pero con la satisfacción de un trabajo tan bien hecho que el Madrid acabó pidiendo la hora.
El próximo partido del Rayo es en casa el domingo 16 de marzo a las 18:30 horas contra la Real Sociedad.
El ranking:
El héroe del partido: Ratiu. Antes del partido se venía hablando de su posible salida de Vallecas al final de campaña y de lo bien que lo había hecho en su partido de debut en Primera División (contra el Madrid en el Bernabéu el 5 de noviembre de 2023). Tras este partido, en el que ha atacado con sobradez y defendido con aplicación, confirmándose como uno de los jugadores que más ha destacado del encuentro -y uno de los más presentes en sus 90 minutos-, seguramente se multiplique el número de clubes que van a interesarse por él.
El villano: Las bajas. No contar con De Frutos (roja contra el Sevilla), Mumin (lesión en la rodilla izquierda) y Randy Nteka (desgarro en un abductor) debilitó al equipo, sobre todo en ataque.
El datito: Dos: Los jugadores salieron con camisetas de ánimo para Mumin tras su lesión. El Rayo solo había perdido 4 de sus primeros 13 partidos de visitante en esta liga (4 victorias y 5 empates), lo que suponía su cifra más baja de derrotas en toda su historia en LaLiga. Tras el partido contra el Madrid, la cifra cambia a 5 derrotas tras sus primeras 14 salidas, que tampoco es mala.
La pregunta: ¿Por qué me sigo preguntando en estas crónicas por la no alineación de Eto’o con el primer equipo cuando está claro que, aún con bajas arriba, Íñigo Pérez es un entrenador extremadamente fiel a sus ideas (cosa que le está funcionando estupendamente) y estas incluyen no apostar por jugadores que no vengan trabajando con él desde el inicio de temporada?
Declaraciones:
Íñigo Pérez: «Es un partido completo por nuestra parte, pero aun así, no nos ha servido».