El origen del deporte obrero castellano, en la biblioteca Miguel Hernández

El auditorio acogió la presentación del libro sobre la materia, escrito por Iker Ibarrondo-Merino

Un momento de la presentación

Dicen que Vallecas no tiene interés por la cultura, mucho menos la juventud, pero la realidad, a veces, se encarga de desmentir aquellos prejuicios, que se insertan entre nosotros. Los vallecanos, muchos jóvenes, respondieron de forma efusiva a la presentación del libro ‘Memorias del deporte obrero. Castilla ante la Olimpíada Popular de Barcelona 1936. Cantabria, Castilla y León, Castilla La Mancha, La Rioja y Madrid’, que fue desarrollada por su autor, vecino del barrio, Iker Ibarrondo-Merino, a quien acompañó, como presentador, el profesor de la Universidad de Alcalá, Alejando de la Viuda-Serrano.

Tras la presentación a cargo del docente, tomó la palabra el doctor en CAFYD-INEF e investigador vallecano, autor de la obra, quien tras agradeció durante 15 minutos a todas las personas que hicieron posible su obra. Inició una exposición, muy pedagógica, en la cual acreditó como el desarrollo del capitalismo se ha dado de una forma concreta y específica en Castilla y, por ende, también el desarrollo del deporte al ser este un fenómeno ligado a la industrialización. Tras describir ese desarrollo histórico dual e interconectado castellano con un núcleo boyante como Madrid, el escritor centró su intervención en dar a conocer el origen de un modelo deportivo alternativo al burgués, como fue el deporte obrero.

Este modelo deportivo, que tuvo un desarrollo específico en el territorio castellano y estuvo caracterizado por su vinculación al socialismo y sus connotaciones castellanistas y feministas, marcaría el centro de su exposición, que dio pie a enlazar con el cuerpo central de su obra, la Olimpiada Popular antifascista de 1936. Dicha competición, que fue la alternativa a los Juegos Olímpicos oficiales, que se iban a llevar a cabo en el Berlín nazi, contó con la participación del municipio de Vallecas, que no solo realizaría actos de propaganda o difusión, sino que algunos de sus deportistas formarían parte de la selección de Castilla, que representaría a esta nación-pueblo en la Olimpiada Popular de Barcelona 1936.

Para concluir, el autor lanzó una reflexión a modo de pregunta: “Si esta realidad social, política, cultural, económica y lingüística llamada Castilla, no solo existe, sino que su relación dual se ha afianzado, si los deportistas obreros entendieron que su marco primario para la lucha de clases a nivel deportivo era el castellano, ¿a quién conviene el expolio de esta memoria, de esta conciencia, de esta cultura?”.

El auditorio cerró con un sonoro aplauso la alocución de un acto, que tuvo diversas preguntas antes de su conclusión y estuvo precedido de una exposición de prensa histórica, a la que algunos no pudieron acceder al estar el aforo completo.

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