El Barrio Más Joven prende la chispa de la participación juvenil en Vallecas

Con la juventud como protagonista, el proyecto crea redes de apoyo y espacios de transformación

Participantes del taller de boxeo del proyecto El Barrio Más Joven. Foto: La asociación

Por David Muñoz Montero

Crear espacios donde los jóvenes puedan ser, expresarse y encontrar su sitio dentro del barrio. Esa es la chispa que mueve El Barrio Más Joven, una iniciativa comunitaria impulsada por la Federación Injucam que llegó a Vallecas en 2023 con la Asociación Cultural La Kalle como entidad acogedora. Se trata de un proyecto sin sede fija, pero con mucho arraigo vecinal, que comparte local con la Escuela de Convivencia y Participación, situada en la Travesía de Felipe de Diego, 19.

“El proyecto nace con el objetivo de ser un puente para los participantes que están terminando su etapa en la asociación de acogida”, explica Juanjo, dinamizador del proyecto en Vallecas. Ese puente es una forma de mantener el vínculo con el barrio, de seguir en la rueda participativa y fomentar espacios donde la juventud pueda desarrollar sus capacidades. Pero también busca llegar a quienes nunca antes habían tenido contacto con la participación juvenil. “La idea desde el primer momento ha sido poder incorporar participantes que nunca han podido conocer la participación juvenil, darles apertura dentro del barrio y seguir construyendo con ellos y ellas.”, resume.

Las actividades que se desarrollan en El Barrio Más Joven son tan variadas como sus participantes. Desde excursiones, charlas o visitas culturales hasta talleres con enfoque de género o grupos de deporte como el boxeo educativo, que se ha convertido en una columna vertebral para el grupo de Vallecas. Pero más allá de lo que se hace, importa el cómo. “Intentamos en todo momento hacer real lo que es el proyecto en sí, reforzando ese modelo de la juventud como protagonista del que hablamos”, apunta Juanjo. El boxeo comenzó al aire libre, pero hoy en día el grupo cuenta con un espacio propio en el Centro Intergeneracional de Río Esmeralda. Ahí comenzó el boxeo, además de las charlas y actividades con enfoque de género. Juanjo destaca que el centro es un espacio público compartido con otras entidades, pero que en ocasiones les “cambian de sala sin avisar o suspenden las clases”, lo que los ha llevado a querer visibilizar la importancia de contar con una estabilidad mínima.

Encuentro contra el racismo organizado por jóvenes del proyecto. Foto: La asociación

El enfoque del proyecto se aleja de los discursos adultocéntricos que estigmatizan a la juventud, especialmente en barrios populares. “Queremos otorgarles un espacio seguro donde sean ellos y ellas quienes puedan empezar a decidir cosas tan sencillas como qué hacer un viernes en la tarde”, explica el dinamizador del proyecto. Para él, se trata de empoderarles a través de lo cotidiano, construyendo herramientas para su presente y su futuro.

Mirando al mañana
A futuro, desde El Barrio Más Joven tienen claro su deseo: consolidar los procesos actuales, llegar a más jóvenes y abrir nuevas líneas de trabajo “con la garantía de poder cerrarlas”. Porque si algo han aprendido en este tiempo es que cada pequeño logro cuenta. “Nos quedamos con el gusto a lo que hacen, el compromiso para venir a clases de boxeo con una meteorología totalmente adversa… Ahí te das cuenta que tienen un espacio seguro donde ellos y ellas pueden ser realmente”, concluye Juanjo.

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