Por Daniel Toda/ Redacción
29 minutos. Eso fue lo que duró el pleno extraordinario de la Junta Municipal de Puente de Vallecas que se celebró el pasado 26 de mayo. Era un pleno extraordinario propuesto por los concejales y concejalas de la oposición para pedir un plan integral de renovación del distrito. Este asunto tan amplio, tan complejo y tan necesitado de debate no le valió al concejal presidente del PP, Ángel Niño, más que 29 minutos. Ese es el total de minutos que resulta de sumar los tiempos de los siete turnos de palabra que hubo. En 29 minutos, despachado. El edil del distrito casi se olvidó de que había que votar sobre la iniciativa. Evidentemente, quedó rechazada por la mayoría gubernamental y por Vox. Con eso, el pleno se terminó.
29 minutos que nunca habrían bastado para desgranar todos los problemas y carencias del distrito de Puente de Vallecas, ni para empezar a pensar en las soluciones. 29 minutos sin debate real, en el que ninguna parte se interesó por lo que decía la otra. 29 minutos de no responder por lo que está mal en el distrito. 29 minutos de no ofrecer una visión de lo que el equipo de gobierno quiere para él. 29 minutos de mezclar datos del conjunto de Madrid con datos de Vallecas, de traer a colación una y otra vez al Gobierno de España, y de insinuar que las asociaciones vecinales instrumentalizadas por la izquierda «acaban de descubrir» los problemas del barrio, aunque lleven 50 años luchando y consiguiendo los derechos y las infraestructuras de los que disfrutan los concejales de Vox y del PP que vivan en el distrito.
La sesión extraordinaria fue una oportunidad perdida de que toda la corporación distrital se sentara junta (sin la extrema derecha) para tratar de dibujar una visión, un horizonte para el barrio, aunque fuera un acuerdo de mínimos. Si la propuesta de la oposición era mejorable, el pleno debería haber servido como punto de partida para mejorarla, y no simplemente para desecharla sin un verdadero debate.
Este pleno ha sido una mera formalidad. Un intercambio de palabras. Un «cubrir el expediente». Así lo planteó el concejal presidente. Esta manera de ejercer la democracia es la que no se echa de menos cuando desaparece. A la vista de ejercicios como este, no es de extrañar que el 38% de los menores de 24 años opine que no le importaría vivir en una dictadura si eso mejorase su calidad de vida.
Protestas vecinales
El mismo día, la coordinadora de asociaciones vecinales de Puente de Vallecas organizó dos movilizaciones bajo el lema ‘Por la dignidad del barrio, por la convivencia, la seguridad, la vivienda. Por los servicios públicos’. La primera de ellas, una asamblea, tuvo lugar a las 18:30 horas en el Parque Amós Acero, mientras que la segunda, una concentración en la Junta Municipal, lo hizo entorno a las 20 horas. «Hemos dado un primer aviso, Vallecas no puede seguir degradándose cada día más. Estamos hartos y hartas de promesas incumplidas, de inversiones que nunca llegan, de hacinamiento, viviendas turísticas, inseguridad, falta de limpieza… Vallecas necesita un plan de verdad…», comentó la Asociación Vecinal Puente de Vallecas San Diego, en su cuenta de X.