Por Pedro Lorenzo
Este es el primer texto largo del dramaturgo navarro Markos Goikolea, que hasta el momento había escrito cortometrajes y ‘sketches’. Ilusionante y desternillante comedia de una familia que se reúne para cenar en Navidad después de que la hija ausente durante tres años vuelva a casa, procedente de Londres, con una novia a la que todos quieren conocer. Unas historias rocambolescas que se van desentrañando a largo de la cena. Los padres, aparentemente convencionales, tienen unas realidades y complicaciones peculiares y patéticas, como, en general, sucede en todas las familias
Un personaje imaginario ronda por el escenario y, aún sin ponerle cara, se siente presente y se le llega a aceptar por conveniencia.
Comedia trepidante e hilarante, desde el primer momento hasta su conclusión, sin bajar el ritmo chistoso y divertido a lo largo de toda la obra.
La acción se desarrolla en el salón de la casa donde se prepara la susodicha cena de Navidad entre reproches, discusiones e intentos de solucionar las diferencias mediante la aceptación de lo real o imaginario.
Acontecimientos curiosos o fenómenos no naturales son el eje central de la trama, junto a esas relaciones humanas intrafamiliares que inundan los hogares en cualquier parte del mundo con una pizca de surrealismo y fantasía en este caso.
Una extraordinaria comedia muy bien interpretada desde Eva Hache como la madre, Íñigo Aramburu como el padre o Íñigo Azpitarte como el hijo y una desternillante y graciosísima Carolina Rubio, que está cumbre. Una comedia divertida y diferente para ver en familia y pasar una hora y media de disfrute y diversión. No es nada fácil hacer una comedia que vaya como un tiro. Recomendable.