Por Consejo Rector de La Garbancita Ecológica
La Garbancita Ecológica es una cooperativa madrileña de consumo responsable agroecológico sin ánimo de lucro, fundada en 2009 como logística propia de los Grupos Autogestionados de Konsumo (GAKs) que veníamos funcionando desde 1996.
Estamos en Puente de Vallecas (Puerto del Milagro 8 junto al colegio Javier de Miguel) con una tienda-almacén de 300 metros cuadrados que abre de martes a sábados y otra online con más de 1000 referencias ecológicas (frutas, verduras, carne, pan, legumbres, pasta y cereales, lácteos y bebidas vegetales, aceites, vinos, cervezas, graneles, frutos secos, limpieza, cosmética, libros, revistas, etc). Hacemos reparto a domicilio a familias, grupos de consumo, escuelas y otros consumidores colectivos.
Impulsamos la economía social desde la educación, la innovación y la autonomía. Acompañamos a las escuelas en su transición a ecocomedores y damos formación en educación alimentaria y ambiental. Construimos sistemas alimentarios agroecológicos que garanticen una alimentación saludable, suficiente y sostenible.
Proporcionamos alimentos de temporada y cercanía, biodiversidad, fertilidad de la tierra, precios justos para agricultores y asequibles para consumidores, certificación ecológica oficial y participativa, diálogo campo-ciudad y trabajo digno. Frente a los hábitos alimentarios nocivos, contaminantes e individualistas propiciamos hábitos alimentarios saludables, sostenibles y solidarios:
– Menos zumos y refrescos procesados, carne de ganadería intensiva, sal, azúcar y harinas refinadas.
– Más frutas y verduras de temporada, legumbres, cereales integrales de producción ecológica y agua.
¿Por qué una alimentación agroecológica?
-Ofrece alimentos de temporada, cercanía, recién recolectados y plenos de vitalidad y nutrientes.
-No emplea químicos que matan la vida del suelo, plantas y animales y contaminan tierra, agua y aire.
-Respeta la fertilidad de la tierra que proporciona vitaminas y minerales a los alimentos.
-Favorece la biodiversidad de especies que garantizan equilibrio ecológico, protección de cosechas y salud de las personas.
-Cierra el ciclo de energía y nutrientes. Agricultura y ganadería ecológicas se complementan. Estiércol y restos de cosecha, debidamente separados en su fracción orgánica, se compostan para devolver la fertilidad a la tierra.
-Promueve igualdad entre mujeres y hombres en propiedad de la tierra, producción de alimentos y trabajo de cuidados.
-Construye comercio justo entre agricultores y consumidores.
Frente a la alimentación industrial
La alimentación es una actividad social y económica cuyo fin es garantizar el derecho fundamental a una nutrición saludable, suficiente y sostenible. Sin embargo, el actual desorden alimentario internacional es consecuencia de una aberración: tratar la producción, circulación y consumo de alimentos como una actividad económica basada en mercancías alimentarias competitivas y rentables.
El libre comercio de alimentos convierte a la agricultura en una rama de la industria e impone, con la violencia competitiva de los más fuertes, una constante reducción de los precios en origen a agricultores y ganaderos. Las grandes multinacionales alimentarias, amparadas por las instituciones del capitalismo internacional, con la complicidad de los estados, externalizan los costes sociales, ecológicos, ambientales, culturales, sanitarios, demográficos, territoriales y en derechos humanos, producidos por la especulación con los alimentos.
Desde el enfoque del “libre mercado”, la modernización agraria consiste en emplear fertilizantes, pesticidas y productos químicos de síntesis, organismos genéticamente modificados (OGMs), antibióticos y cualquier sustancia que incremente la productividad de tierra, semillas y animales.
Esta modernización depredadora se presenta como garante del progreso, la lucha contra el hambre y el pacífico desarrollo de las naciones a través del “libre comercio”. Sin embargo, consume más energía de la que produce; trabaja contra los procesos y tiempos biológicos naturales de fermentación, fertilidad y maduración; impide cerrar el ciclo de residuos de alimentos, cultivos y ganado como nutrientes para el suelo; es una maquinaria de calentamiento global, destrucción de la biodiversidad, la fertilidad y la capacidad de la tierra para enfrentar plagas, enfermedades y cambio climático asociados a la producción de alimentos a gran escala y su distribución mundial; por su mayor competitividad, destruye la economía tradicional y la agricultura campesina; y cuanto más avanza, crea más desnutrición, contaminación, malnutrición, obesidad, enfermedades alimentarias, despoblación del campo, migraciones forzosas, megalópolis inviables, pobreza y exclusión.
La agroecología es capaz de alimentar al mundo, revertir la huella ecológica y mitigar el cambio climático. Sus condiciones de posibilidad son producción ecológica y consumo responsable; salud y seguridad alimentaria (principio de precaución); soberanía alimentaria (derecho de los pueblos a consumir y producir sus propios alimentos; trabajo digno, ecofeminismo, igualdad de género y respeto a los animales; circuitos cortos de distribución; economía circular y residuos cero; g) alimentos como un derecho humano y no como mercancías rentables; y objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
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