Textos y fotos de la manifestación del 21 de junio de Orgullo Vallekano, colectivo LGTBIAQ+, antirracista y transfeminista de Puente de Vallecas
Este junio, como cada año desde hace casi una década, organizamos con amor y rabia el Orgullo Vallekano y el TetaFest. Pero esta vez nos encontramos con un muro. La Junta Municipal de Puente de Vallecas, con el PP al frente, nos negó a última hora el apoyo técnico: ni escenario, ni sonido, ni baños. Días después, nos denegaron también los permisos necesarios para hacer el concierto del 21 de junio tras la manifestación, incluso después de haber conseguido el dinero por nuestra cuenta a través de una campaña de Goteo.
Las excusas fueron “criterios técnicos”, pero no se presentó ni un solo informe que justificara esa negativa. La sensación fue clara: represalia política. Dos días antes, habíamos organizado una cacerolada contra la presencia de una autora transfóbica en la Feria del Libro de Vallecas. Denunciamos que se está usando la burocracia como arma para vaciar de contenido político los espacios populares.
Y no somos les úniques. Otros colectivos del distrito también están viendo cómo se les boicotean actividades culturales, conciertos y verbenas, con trabas administrativas absurdas, exigencias imposibles y retrasos que impiden organizar nada a tiempo. Lo que antes era colaboración entre instituciones y tejido vecinal, ahora se ha convertido en un sabotaje pasivo-agresivo desde la administración. Es una forma encubierta de censura política, de recorte del derecho a ocupar el espacio público de forma crítica y festiva.
Aun así, el barrio respondió. Montamos el Goteo, conseguimos los recursos, nos organizamos, preparamos todo. Pero la Junta volvió a bloquearlo con más trabas: ni siquiera con recursos propios nos dejaron celebrar el concierto final de la manifestación. Quieren quitarnos el espacio, la visibilidad y la fuerza.
En el pleno de la Junta, sacamos la bandera LGTBIQ+. Vox nos llamó “mentirosos” y el PP volvió a refugiarse en la excusa de la “neutralidad institucional”. En el Pleno de Cibeles, cuando una concejala del PSOE mostró la bandera del orgullo, Vox y PP alzaron tres banderas de España. No es neutralidad: es un ataque orquestado contra nuestras vidas, nuestras luchas y nuestra alegría.
Desde 2017, el Orgullo Vallekano es transfeminista, antirracista y de barrio. Sin empresas ni pinkwashing. Nosotras no vendemos la lucha, la tejemos colectivamente. Somos vecinas, bolleras, trans, migrantes, marikas y racializades. Somos parte del barrio, no un añadido decorativo. Y este año lo hemos demostrado una vez más: sin permisos, pero con barrio. Sin escenario, pero con voz.
No es la primera vez que intentan borrarnos, y sabemos que no será la última. Pero tampoco será la última vez que lo impedimos. Gracias a todas las que estuvisteis, las que donasteis, las que currasteis, las que bailasteis, las que gritasteis.
Esto no ha terminado. En octubre habrá noticias. Que nadie se despiste.
Orgullo Vallekano, junio 2025. Frente a las trampas de la administración, orgullo de barrio y autogestión.