Por Grupo 24 horas AA Madrid
Con solo 30 años, Raúl ha vivido en primera persona los estragos del alcohol y de las drogas. Su relación con el consumo empezó a una edad temprana y, aunque fue consciente del problema, tardó más de una década en pedir ayuda. Hoy, en sobriedad, este joven cocinero reflexiona sobre su pasado, su recuperación y el impacto que ha tenido en su vida personal y profesional la llegada al Grupo 24 Horas de Alcohólicos Anónimos Madrid.
P: ¿Cuándo empezó tu relación con el alcohol y las drogas?
R: Tenía 12 años y fue una forma de evadirme rápidamente de mi realidad. Desde un primer momento, prefería el efecto rápido. Me hacía olvidar durante al menos unas horas las situaciones que no sabía gestionar.
P: ¿En qué momento te diste cuenta de que habías perdido el control?
R: Fue relativamente pronto. Con 17 años me planteé por primera vez pedir ayuda, pero tardé 12 años más en hacerlo. Enseguida, la culpa y el miedo a seguir así se convertían en auto convencimiento de no estar tan mal o de que utilizar el alcohol y las drogas era algo normal con esa edad.
P: Dices que consumías con amigos con los que ya no te relacionas. ¿Cómo influyó tu entorno?
R: Desde el principio, mi entorno estuvo marcado por una gran tolerancia hacia el consumo, hasta el punto de que lo raro era encontrar a alguien que no lo hiciera. Aun así, fui yo el que poco a poco se fue acercando a ese entorno, para poder consumir sin que nadie me lo reprochase.
P: Algunos de esos amigos han muerto. ¿Cómo te afectó eso?
R: Cada vez tenía más claro y retumbaba en mi cabeza el pensamiento de que me la estaba jugando continuamente, tanto por mi salud mental, como por la posibilidad de tener algún accidente o por el miedo al ver que empezaba a plantearme el suicidio como única solución a mi situación.
P: A pesar de los problemas, nunca perdiste tu trabajo…
R: La mayoría de las veces consumía ‘speed’ o cocaína para tratar de ocultar los efectos del alcohol, pero era una locura, llegaba a estar cuatro días sin dormir y sin comer, consumiendo al salir del trabajo y volviendo a retomarlo al día siguiente como si no pasase nada. Antes de pedir ayuda, estuve a punto de perder el trabajo. Comenzaba a faltar, intentando que no viesen como estaba. Mantenerlo y conservarlo fue uno de los primeros logros al acudir a terapia.
P: Tu profesión de cocinero es exigente. ¿Cómo es trabajar sobrio?
R: Tengo más confianza en mí mismo y en lo que hago. No tengo que ocultar que llego en condiciones penosas. Siento que el estrés constante sigue encendiendo mis ganas de beber y de consumir, pero, en lugar de hacerlo como antes, acudo a la terapia para no volver a lo mismo.
P: Tienes pareja. ¿El hecho de estar sobrio ha cambiado tu relación afectiva?
R: Mi pareja siempre ha estado ahí, antes y después de pedir ayuda. Con el consumo era incapaz de sentirme bien. Siempre estaba deprimido, amargado. Nadie merece estar con alguien así. A día de hoy intento cambiar esto y todo es más sano y respetuoso para ambos.
P: Si pudieras hablar con el Raúl de hace unos años, el que aún bebía y consumía, ¿qué le dirías?
R: Que deje de intentarlo solo, que por muchas ganas que tenga de cambiar de vida nunca podrá conseguirlo sin ayuda. Y que puede volver a ser feliz.
Si tienes problemas con tu forma de beber o consumir, hay una solución: Grupo 24 horas de Alcohólicos Anónimos Madrid. C/ Julia Mediavilla, 27. Tel. 625 18 24 71.
Sigue el testimonio de Raúl B. en tu móvil
Todo muy bonito. En vez de entrevistar a una persona que en estos momento es está coaccionada por otras personas os invito a que investiguéis el funcionamiento de estos grupos ya que son sectas encubiertas que pescan en el río revuelto de las adicciones. Se de lo que hablo porque pertenecí a este grupo durante 5 años y los he sufrido en mis propias carnes y cartera.