Por Pepe Molina
Algo se muere en el alma cuando un amigo se va. Eso dice la canción y el sentimiento cuando perdemos a una persona cercana y querida. Ese ha sido el caso con Antonio Albarrán. Se ha ido sin hacer ruido, con la sonrisa en la cara, con la palabra amistosa y el talante de los que siempre saben hacer amigos y les es difícil granjearse enemigos.
Desde que se jubiló como director de la Feria del Libro de Madrid, se dedicó en cuerpo y alma a Vallecas. No solo a Vallecas Todo Cultura, sino a participar habitualmente en todas las actividades culturales del barrio: el cine, el teatro, la danza, la música. Antonio y Mercedes, su mujer, estaban presentes en todos los actos sociales, reivindicaciones y expresiones públicas.
Antonio era un hombre progresista, un demócrata convencido que hacía gala de ese talante de persona dialogante, intransigente con las injusticias, pero dispuesto a discutir siempre con aquellas ideas contrarias a lo que él pensaba.
Durante la Dictadura, Antonio dirigió la Editorial Popular, dio cabida al sindicalismo de clase y se mojó para apoyar discreta, pero activamente a la UMD (Unión Militar Democrática). Participó en la JOC y ayudó a su desarrollo en Vallecas.
Desde Vallecas Todo Cultura siempre recordaremos su papel de embajador ante políticos, escritores, artistas, periodistas que fueron pasando por nuestra asociación para hablar y encontrarse con los y las vallecanas. Su amigo Juan Cruz actúo en varias ocasiones para mediar con Emilio Lledó quien nos ilustró con su sabiduría. También Ángel Gabilondo, Caballero Bonald, José Sanroma, Enrique Barón, Matilde Fernández y varias decenas de firmas representativas.
A todos ellos, Antonio los atendía, los presentaba y les interpelaba a favor o en contra, con mucha solvencia y atrevimiento. Vallecas se ha beneficiado de los encuentros que él siempre promovía.
Antonio apostaba por la lectura, por el libro, por la presencia de los autores en nuestros institutos, colegios y asociaciones. Sabía que los libros y la lectura hacían personas más libres y más sabias. Que la asignatura pendiente de nuestros dos distritos es la lectura, el conocimiento, la superación de barreras de comprensión lectora. Antonio era capaz de cualquier cosa para que los vallecanos elevásemos el nivel cultural y a esa tarea nos hacía dirigirnos a todos nosotros.
Hemos recogido con atención esas directivas, las hemos asumido, nos hemos comprometido con ellas y haremos de ellas el mayor y mejor recuerdo de nuestro amigo y compañero Antonio Albarrán.