MARTÍN PARRA.
Hablamos con el editor Joaquín de Pastors, de la editorial Queimada, fundada en 1978, que atraviesa un momento de cambio y reformulación.
¿Cómo fue la génesis de Queimada?
Te cuento de oídas, porque aunque ya era amigo de alguno de los fundadores no participé activamente en ese momento, más allá de vender libros algún domingo por la mañana en el Rastro por echar una mano. Surgió de un grupo de gente del mundo libertario, muy interesados en la cultura y por publicar en libertad. En aquellos tiempos sobre todo se luchaba por los derechos, por el derecho a expresarte, a comunicar o a publicar todo lo que cuestionara el sistema. La fórmula era sencilla: aproximadamente la mitad cobraba sueldo o paro y el resto aportaba lo poco que podía. Todos los meses se juntaba el dinero y se repartía a partes iguales. El resto, trabajar y aprender, ya que la mayoría no procedía del mundo editorial ni de las artes gráficas.
¿Es Queimada Ediciones una editorial alternativa y con ínfulas?
Tenemos tan pocas ínfulas que ni siquiera nos gusta mucho lo de ir de “alternativos”. Es verdad que decidirte por un determinado canal de distribución te encamina mucho por ese lado, pero también está por ver si intentáramos movernos en otros canales el caso que nos iban a hacer. Al final tomas unas decisiones que tienen unas consecuencias, pero en modo alguno tenemos vocación de que nos lean “las selectas minorías”.
¿Cómo se vivió la evolución de la libertad de expresión? ¿Había ganas de publicar?
Había ganas de vivir en libertad, de respirar, y eso se trasladaba a todo lo demás. Como ejemplo te diré que el primer libro publicado por Queimada era defendiendo los derechos de los homosexuales, y no había un solo homosexual en el equipo inicial. Se trataba de romper barreras, de difundir ideas libertarias, muy aplastadas hasta entonces por la doble oficialidad, el franquismo y el comunismo (ideología alternativa oficial). Todo interesaba, todo era nuevo realmente para muchos, y estábamos descubriendo un mundo que solo habíamos podido entrever en alguna escapada fugaz más allá de los Pirineos.
Hoy se publica muchísimo y, aunque sea un tópico, se lee menos. Es un fenómeno curioso, pero está ahí. Hace unos años se pensaba que el libro electrónico iba a revolucionar las costumbres y el mercado, y se está viendo que no es así, quizás porque la incorporación de los jóvenes a la lectura es más lenta, cuando no mínima. Hay mucha afición a escribir, pero la gente se va al blog, al relato corto, a la poesía. Está el fenómeno de la autoedición, que a veces da algunas sorpresas. Yo creo que, más que impulso literario, lo que hay es un afán por dejar huella, por que tu opinión aparezca en algún sitio y tener la oportunidad de que alguien te haga caso.
Hace poco que os habéis vinculado al Colectivo Burbuja. ¿A qué se debe esta decisión?
Fundamentalmente a la necesidad de gestionar la editorial de una forma más colectiva y a repartir el trabajo de manera que cada uno pueda dedicarse a aquello que más le gusta y, si es posible, para lo que está mejor preparado. También supone el respaldo de un colectivo de personas que buscan alternativas al sistema y que se mueven en el ámbito de teorías económicas y sociales diferenciadoras de las líneas oficiales. Esta vinculación, por cierto, nos ha llevado a dejar el almacén de libros que teníamos en el barrio, por la zona de Peña Prieta. Ha sido una decisión difícil, por cuanto Vallecas es un barrio con el que nos sentimos muy identificados; pero que nadie se alarme, allí nos reemplaza la Fundación Aurora Intermitente, con la que tenemos muy buena relación. Así que seguiremos conectados a Vallecas de un modo u otro.
¿Qué ambiciona una editorial como Queimada? ¿Especializarse en una temática o apostar por el trabajo de un autor es una vía para la estabilidad?
No creo que las dos alternativas que planteas sean antagónicas, salvo que las planteemos desde un punto de vista demasiado totalizador. Somos una editorial muy especializada y valorada en el campo de los temas sociales y políticos, pero eso no es incompatible con apostar por la labor de un autor cuando creemos haber encontrado alguien que lo merece. En eso estamos, y esperamos seguir en esta doble línea.
Foto: Cedida, Joaquín de Pastors