Mi tributo a los mayores de Vallecas

Por Concha Párraga- enfermera del Centro de Salud Campo de la Paloma

Después de muchos días tengo un periodo de descanso y he podido salir a la calle a pasear un ratito por la mañana. Me he encontrado con muchos abuelos y abuelas que «no saben de franjas horarias» y he visto sus ojillos de pajarillos asustados. He tenido necesidad de escribir y de ofrecer lo poco que tengo. Es mi pequeño tributo a ellos, a los mayores de Vallecas.

Después de un largo periodo de confinamiento,

piso mis calles activas,

vuelven las voces,

vuelven las risas de los niños

los perros junto al árbol

y vuelven los mayores.

Los veo acurrucados tras su mascarilla,

como pajarillos encogidos en las oscuras tardes de invierno.

Los veo y siento pena y ternura

tan viejos, tan arrugados,

tan vividos y tan malvividos

Pienso en las arrugas de su alma,

de su corazón helado

cuántos años complicados,

una niñez robada por una guerra

una vida adulta de callos y sabañones

y ahora esto…

ahora tener que alojarse detrás de una mascarilla

Ahora en este último periodo de sus vidas

les roban las sonrisas de sus nietos,

las caricias de sus hijos

las despedidas de sus iguales.

Me dan ganas de acercarme a ellos

de abrazarles hasta romperles en mil pedazos de amor.

Mis padres ya no están,

pero sé que no entenderían esto

se nutrían de amor,

del contacto intimo

de leer en la cara la sonrisa

esa sonrisa robada ahora

en tiempos del coronavirus.

Deberíamos todos, entre todos

mandar un abrazo íntimo e infinito a nuestros mayores

Un abrazo que les ofrezca

el calor que ahora necesitan

Una sonrisa desde el alma

a sus almas cansadas por los años

y las duras experiencias

Una sonrisa enorme

que les impidiera volver a sentir el frío del miedo.

Yo, personalmente tengo poco,

pero ofrezco lo mejor que tengo

mi mejor tesoro,

mi sonrisa…

y os la doy a vosotros los mayores

porque vosotros sois nuestro pasado,

ahora nuestro frágil presente

y tal vez nuestro yo futuro.

Mi sonrisa para los abuelos y abuelas de Vallecas

de mi Vallecas y de todas las Vallecas.

Mi sonrisa, mi abrazo,

mi beso infinito

Algún día volveremos a ver vuestras caras

esas caras que tanto cuentan

cuando todo pase

y las mascarillas formen parte

de un pasado lejano y espeso.

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