Voluntarios de Villa de Vallecas promueven la confección y el reparto de este material de protección para evitar la propagación de la pandemia
Por Isa Mendi / Vallecas VA
“Vamos a ir residencia por residencia cubriendo sus necesidades hasta que por lo menos Villa de Vallecas esté cubierto. Después, iremos a los centros de salud y a ver si podemos hacerlas también llegar al hospital Virgen de la Torre. Lo importante es que no paren las agujas”. El que habla es Alberto, voluntario de Villa de Vallecas, que forma parte de los grupos de apoyo de este distrito y colabora activamente en la confección y posterior reparto de material de protección, fundamentalmente mascarillas, pero también otros como máscaras, para poner su granito de arena en la lucha contra el coronavirus en Vallecas y en toda la Comunidad de Madrid. Hasta el momento, en los recursos asistenciales vallecanos ya han entregado mascarillas en los centros de salud Ensanche (115) y Villa de Vallecas (45), en la residencia Los Nogales de Santa Eugenia (180) y en el supermercado de centro comercial de La Gavia (70)
“La iniciativa ha salido de forma espontánea y en Vallecas tenemos un grupo potente. Hacemos los cortes en un polígono de Alcorcón, Confecciones Meseguer, en una tienda que ni siquiera es su base. Lo hace de forma personal su jefe, sin cobrar costes ni nada. Hay cortadores que si cobran. Hemos tenido que pagar 2.000 euros para proveer de material a las costureras, para que se sientan seguras y puedan trabajar de forma responsable”, explica.
“Estamos intentando organizar a las costureras, acercarles al grupo de costura más cercano a su casa, para que se pueda organizar, ver qué necesidades de material y lo que necesiten. Y luego trasladar a la residencia de ancianos más cercana a su casa, al ambulatorio más cercano y a los trabajadores más cercanos, sobre todo supermercados y farmacias. Intentamos conseguir parar la pandemia en origen, intentando que los hospitales reciban el mínimo de personas indispensables, graves o muy graves, para intentar descongestionarlos”, añade Alberto.
Tarea fundamental
Este voluntario considera que una costurera profesional puede coser entre 500 y 1.500 mascarillas diarias yendo en condiciones óptimas de material y de funcionamiento de las máquinas. “Estamos buscando un servicio técnico para atenderlas en su casa para que sus máquinas y ellas puedan colaborar. Esta forma de trabajo hace que las personas apaguen la televisión, dejen de escuchar tantas noticias negativas y tiene un objetivo simple, sencillo y productivo. Esa tarea es fundamental para oxigenar mentalmente a las costureras y para las residencias, para nuestros mayores y para todo el mundo. Si todo el mundo tuviera una mascarilla puesta se acabaría con la propagación del coronavirus”, concluye.