Más allá de la enseñanza

La entrada del Núñez de Arenas, en la calle de Martos 120

Por Isa Mendi

El colegio público Núñez de Arenas (Puente de Vallecas) sigue cerrado a cal y canto desde el 11 de marzo. Sin embargo, su comunidad educativa continúa en ebullición, con un trabajo infatigable y a destajo para que las familias más desfavorecidas no se queden atrás ni a nivel formativo ni lo que, es más importante, a nivel alimentario. De esta premisa surgió un proyecto en el que están implicados dirección, docentes, conserjes, padres y madres y, también, los alumnos. Una iniciativa modesta, sufragada por las propias familias con las aportaciones que hicieron en su día para actividades programadas que tendrán que esperar a cursos venideros. Hasta el momento han atendido parte de las necesidades de 70 familias de su colegio a través del reparto de cestas de productos básicos cada 15 días o cada 3 semanas y, económicamente, tienen asegurada su labor hasta mediados de mayo.

  • La comunidad educativa del colegio Núñez de Arenas reparte cestas alimentarias para que las familias más desfavorecidas del centro no se queden atrás

“Es difícil a una persona a la que has mirado a los ojos, decirle que no le ayudas. La alimentación es básica, si no comes cómo vas a estudiar”, dice Gema, presidenta de la Asociación de Familias de Alumnos (AFA) del Núñez de Arenas. “De ahí surgió la idea de repartir dentro de nuestras posibilidades cestas con productos básicos para por lo menos hacer una comida en condiciones al día. Ojalá pudiéramos llegar a una compra completa”, añade esta madre, que tiene a su hija menor en Sexto de Primaria. “Vallecas siempre es solidaridad pura. Todo el mundo está muy implicado, porque cuando lo pasas mal, te pones en la piel de los demás. Muchos coles lo están haciendo así, como el Palomeras. Hay pocos coles que no se estén moviendo. Hay muchos hogares con ingresos cero y toca intentar remar entre todos para salir adelante de la que se nos viene encima”, explica.

  • Gema, presidenta del AFA. “Es difícil a una persona a la que has mirado a los ojos, decirle que no le ayudas”

Esther forma parte también del colectivo del AFA del centro público vallecano. “Intentamos que nuestra AFA sea una semilla que otros grupos de padres y madres repliquen para crear un entorno no solo para educar, sino también para contener esta pandemia social. Al iniciar el plan de hacer las cestas alimentarias para nuestras familias remedias la falta de comida de muchas de ellas”, argumenta. “El bloqueo de los Servicios Sociales es latente. Nuestro horizonte es seguir recaudando a pequeña escala, entre conocidos, y nuestra idea es mantener esta iniciativa mientras las administraciones no respondan. Funcionamos como un grupo de consumo, tenemos una buena red, no nos faltan voluntarios, pero sí dinero. Otra circunstancia que nos preocupa son los menores sin acompañamiento, sin mayores en casa, porque están malos. En el Núñez nos ha pasado”, advierte.

Estado de familias vulnerables
Ahora la protagonista de este reportaje es Isabel Bueno, jefa de Estudios del Núñez de Arenas que, comenta, que extendieron el estado de familias vulnerables a todas las del centro a la vuelta de Semana Santa. “Esto conlleva una comunicación altamente fluida. A primera hora mandamos el trabajo online y atendemos a las familias de forma telefónica, con el apoyo del equipo directivo. Hacemos un seguimiento educativo y social, porque el vuelco de ser a no ser vulnerable es una línea muy débil. El Núñez ayuda a nivel alimentario a estas familias. Lo del AFA es una tirita a la espera de una reacción en condiciones, digna, porque no nos hemos tomado en serio lo de Telepizza y Rodilla para dar de comer a los escolares más necesitados”, considera.

Bueno describe cómo es el día a día a nivel docente. “A las 10 de la mañana aparece publicado el trabajo en un blog. Cada grupo de clase tiene su trabajo con sus enlaces que, a su vez, se manda al grupo escolar por ‘whatsapp’. Todos los días hay tutorías personalizadas o en pequeño grupo. La profe se conecta con 3 o 4 niños como máximo para ver cómo ha ido el tema. Hay muchos niños sin datos, muchos funcionan con tarjetas de prepago, así que nosotros hacemos llamadas desde nuestros teléfonos. Ellos tienen su horario y calendario de tutoría”, dice. A su juicio, este sistema está funcionando bastante bien, “porque de más de 200 nenes, tenemos detectadas a solo dos familias que no están conectadas. Es vital hacerles ver que tienen que continuar ahí. Las familias saben que vamos a llamar y vamos a insistir”, añade.

Por otro lado, lanza un mensaje a las administraciones. “Existe un miedo tremendo a una hecatombe en el tercer trimestre. Para un niño de Educación Primaria y de Secundaria un curso en toda su vida escolar no es representativo. Lo que se haya dejado de dar, lo podemos trabajar el curso que viene. Hay una serie de aprendizajes que solo se pueden dar en este contexto. Pongo sobre la mesa que temas transversales que antes solo se podían trabajar desde la especulación, ahora se puede hacer desde la experiencia educadora transformadora de la sociedad”, apunta. “De lunes a domingo estoy apagando fuegos. Tengo la sensación de que si cojo el bicho, lo levantaré como todos. Lo que si me paraliza en cierto modo es el miedo ante la situación social que se está produciendo”, apostilla.

Apoyo psicológico
Igual de frenética es la agenda del mediador cultural anónimo que trabaja en tres colegios públicos de Puente de Vallecas, entre ellos el Núñez de Arenas, que hace un alto en su actividad para atender a Vallecas VA. “Las cestitas están amparando a las familias de mis tres centros, dinero de las mismas familias para las mismas familias. Esta es la realidad en Puente. Te lo agradecen cuando llevas las cestas, no te puedes imaginar nunca esto. Es muy fuerte, porque nunca pensaron en que podían caer en esto. Los que menos tienen son los que primero que traen un ‘tuper’ para ayudar a los demás”, explica.

“He conseguido a través de la UAM que se produzca una coordinación entre los profesores y los psicólogos que estaban haciendo el máster para ayudar a los niños que tienen dificultades. Se ha asignado un psicólogo a las familias para que las ayuden en los deberes y a gestionar lo que necesiten”, concluye.

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