La crítica situación económica, política y social que estamos viviendo, es evidente que nos afecta personal y existencialmente a todos. Nos pone en situación de no poder mirar a otro lado para intentar escaparnos de ella. Nos pone frente a nuestra propia vida y, sobre todo, frente a la necesidad y posibilidad de tener que decidir sobre qué futuro queremos para nosotros mismos y para nuestra gente.
Traemos este extracto del texto de la Cofradía Marinera que va en la página 14 de esta edición: “El Barrio representa lo colectivo frente a lo individual; en El Barrio se tejen redes de apoyo mutuo y se socializan las reivindicaciones; en El Barrio te importa tu vecina o tu vecino; en El Barrio la lucha conjunta tiene premio; el Barrio combate las crisis recurrentes del capitalismo; y El Barrio acoge, integra, vertebra y une”.
Y nosotros decimos que desde los barrios es desde donde se levanta todo. Cada vez nos es más evidente cómo lo global, lo mundial, condiciona nuestras vidas. Éstas se dan principalmente en los barrios. En Vallecas hemos acumulado mucha experiencia, principalmente en estos últimos dos años y medio. Hemos aprendido como nunca antes a resistir colectivamente. Ya veníamos con amplia trayectoria en la construcción y transformación de nuestros barrios. Tal vez lo que convenga subrayar ahora es que, contrariamente a lo que pareciera en un primer vistazo, las posibilidades de incidir en lo global, en lo mundial, sean mayores que en otros momentos de la historia. Cuando todo lo que proviene de lo institucional se va haciendo añicos por dentro en todo el mundo, aunque los edificios de los ministerios y las instituciones sigan en pie, y cuando el descreimiento ante tanta estafa e hipocresía por parte de los poderosos crece en la gente, una tremenda posibilidad se abre frente a todos. Y en ese escenario, tal vez lo único que vaya a ser una referencia clara y factible es lo que día a día levantamos la gente sencilla con nuestro cotidiano acontecer. La fuerza de esta realidad humana, la verdad que entraña, no habrá nada que la pueda detener. Ojalá más pronto que tarde seamos capaces de mirar desde ahí para no caer en la desesperanza y por el contrario nuestra fuerza, alegría y fe en nosotros y nuestra gente no pare de afianzarse con el correr de los días.
En Vallecas VA nos mojamos por La Batalla Naval.