La atracción de un barrio

ANTONIO OSUNA

Cuando era pequeño y caía en mis manos un imán sentía que tenía un poco de magia entre ellas. Ahí estaba yo, tratando de atraer y mover todos los objetos metálicos que estuvieran a mi alcance; desde un imperdible al coche de mi padre, evidentemente, mi padre se reía al ver al pequeño “Magneto” tratando de mover el coche, mi madre no se reía tanto cuando no encontraba los imperdibles. Qué ironía.

Con el paso de los años descubrí que la naturaleza tenía otro tipo de imanes, aquellos que no se pueden coger con las manos y acercar a ningún objeto: el amor, la amistad incondicional, y… Vallecas. Sí, Vallecas es un imán, y quién no comprenda esto tal vez sea porque no ha sentido aun esa atracción, pero pasará, créeme amigo. No hay lugar como este.

Todas aquellas personas que se han criado aquí o han pasado una larga temporada entre sus calles sabrán de lo que hablo. Yo, vague por este país y residí en más sitios de los que debería, pero al final del camino Vallecas es el horizonte.

No sé si será por su gente, su cercanía de “pueblo” siendo prácticamente una ciudad aparte; no sé si será por el rastro, por las fiestas, por la San Silvestre, por el griterío de las mañanas, o por el silbido del afilador que prácticamente ya no suena fuera de aquí. Pero después de caminar siento que me quiero volver a sentar en cualquier banco del mirador de Entrevías. Ahí donde siento que me llama el imán.

Me hace mucha gracia cuando a día de hoy, la gente que no ha vivido jamás aquí deja escapar ese mal concepto sobre nosotros: —¿Vallecas, esa zona es peligrosa, no? —Lo peligroso de Vallecas es la atracción que causa y el amor que se genera por ella, y si no, pregúntale a cualquier vallecano que te encuentres por el mundo (deberíamos tener un programa propio).  Verás cómo hablan con orgullo, como personas que no nacieron aquí sienten este barrio como propio, como si la vida antes de esta vida fuera de otro color, como sí el campo del rayo fuera el templo del deporte nacional.

Parecerá raro, pero hay algo en Vallecas que nos une y nos hace hablar de ello estando lejos. Al fin y al cabo, aquí tenemos el mejor cocido madrileño, aquí nació Ismael Serrano, Gaby, Fofó, Leiva, Pablo Iglesias y también El Poli Díaz. Dicen que es un barrio obrero, pero creo que lo que realmente define a Vallecas es que es un barrio de luchadores. De gente que no se da por rendida y pelea por conseguir lo que quiere. Si tienes un sueño múdate a Vallecas, y si ya vives aquí…  Bienvenido al imán.

 

1 Comentario

  1. Doy fe que en Vallecas se puede comer el mejor cocido madrileño y también doy fe que la sensación de pueblo que aún conserva Vallecas a pesar de ser un barrio de Madrid con todos sus servicios (metro, renfe, autobuses, carreteras, centros comerciales…) y ese es su encanto, su gente y esa sensación que no se puede describir si no lo visitas y vives aquí por un tiempo.

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