Por Juan Rodríguez
Vaya zapatazo le metió Álvaro García al balón en el minuto 70. La había controlado ni muy mal ni muy bien, sino algo a medio camino. Entre eso y que el portero iba a salir para achicar el espacio, la situación de gol se complicaba… así que de la necesidad virtud, zurriagazo al balón y que sea lo que Dios quiera. Y lo que quiso (debe ser rayista) fue que el balón entrara casi atravesando a Karl Hein, el portero del Valladolid, que nada pudo hacer ante un tiro que fue algo así como disparar el rayo de la camiseta. Fue el 1-0 y la guinda a un nuevo partido del Rayo tan bien jugado, competido y sufrido como el 90% de los que ha disputado esta temporada, la del Centenario, que podría terminar con los de la franja clasificados para jugar competiciones europeas.
Quitando una falta bien lanzada de Javi Sánchez, sacada por Batalla, el Valladolid donde tuvo trabajo de verdad fue en su propia área, intentando contener el juego ofensivo de los vallecanos. Lograron hacerlo hasta la mitad de la segunda parte, con el ya mencionado zurdazo de Álvaro García. Y eso que la noche no empezó bien para los de Íñigo Pérez, ya que el míster tuvo que sustituir por lesión a Camello en el minuto 20 e introducir en su lugar a Guardiola (que falló una ocasión, no sé si clamorosa, pero sí bastante clara en un cabezazo en el que conectó con tanta fuerza con el balón que este botó y se fue por encima de la portería vallisoletana… ¡le pudo el ansia!).
Más tarde, para rizar el rizo, una segunda lesión: Unai López también se había roto y fue reemplazado por Pedro Díaz. Entre lesiones y llegadas infructuosas se le fue la primera parte a un Rayo que lo intentaba como siempre, pero sin la claridad de otras veces (ya habíamos establecido que el equipo va a ir ganando todos los partidos por resultados cortitos -1-0 o, a lo sumo, 2-1- para que no vuelva yo con la cantinela del delantero centro, ¿verdad?).
El segundo tiempo trajo algo más de intención por parte del Rayo. Las ocasiones de Pedro Díaz (con el punto de mira desviado primero, y con las manoplas del Hein después) e Isi, minutos más tarde, así lo atestiguaron. Tanto fue el cántaro a la fuente que, claro, se rompió (lo del primer párrafo, zurriagazo de Álvaro García…). Hubo tensión hasta el final, no os creáis, con alguna llegada de los pucelanos que cortaron la respiración a más de uno en la grada. La providencia, y Batalla, quisieron que el marcador no se moviera.
¿Y De Frutos? Pues le metió un paseo fantástico a Álvaro García que supuso el gol del partido. Dejad a De Frutos, si quiere camelar que camele, que lleva varias jornadas inspiradísimo.
El próximo partido del Rayo es el lunes 17 de febrero fuera de casa contra el Barcelona a las 21 horas.
El ranking:
El héroe del partido: Montoya, que la carrera que se pega para ir de una isla a la otra cuando descubre que es— perdón, me he distraído, quería decir Álvaro García. Buen partido coronado con un gol que firma una racha histórica del Rayo (ver El datito).
El villano: Más que un jugador o entrenador, una circunstancia: la buena, excelente, marcha del equipo está dejando sin apenas minutos a uno de los nombres más importantes del equipo, Óscar Trejo. Con los resultados que está obteniendo el conjunto de Íñigo Pérez, es imposible pedirle que le dé más minutos.
El datito: Con la victoria ante el Valladolid en casa, el Rayo Vallecano suma ya nueve partidos consecutivos invicto (5 victorias y 4 empates). Es la mejor racha del equipo en Primera División de toda su historia. ¡Lo sentimos por lo tuyo, James, pero ante estos números incluso tus defensores qué vamos a decir, no podemos chistar!
La pregunta: No sé si decirlo en alto… bueno, ahí va, ¿se puede soñar con la Champions?
Declaraciones:
Íñigo Pérez: «Tres puntos más cerca del objetivo. Muy feliz por ganar y por cómo los jugadores son capaces de mejorar. La racha de 9 partidos invictos es mérito de los jugadores. Gracias, un día más a la afición».
