Las numerosísimas manifestaciones del 15 de mayo pasado reclamando Democracia Real YA, dieron paso a un “inexplicable” fenómeno en el que la gente, mayoritariamente jóvenes, salieron y tomaron las plazas, expresando su indignación y reclamando con sinceridad, sencillez, imaginación y humor el Derecho a Vivir con Dignidad.
Este despertar, este reclamo surgido en la Puerta del Sol, corrió como la pólvora no solo por las ciudades de España, sino que en cuestión de 3 ó 4 días era portada de los periódicos más conocidos de países de Sudamérica, Europa y EE.UU.
Lo que se está construyendo desde la Puerta del Sol tiene una profundidad y una transcendencia que es difícil de alcanzar a comprender o intuir. A nadie que haya estado estas semanas allí, con el corazón y la mente despejadas, le ha podido dejar indiferente.
Lo que se está gestando es un proceso totalmente novedoso, del cual no sería ninguna locura creer que pueda llegar a sentar las bases para una verdadera revolución cultural, social y psicológica que poniendo como valor central al ser humano y como forma de acción la no violencia, permita avanzar con suma resolución en la transformación de la sociedad y de los individuos que la hacen suya.
La dirección de este proceso es clara, la construcción de un nuevo mundo donde no impere el dinero y donde el protagonismo esté en la gente, en todos y en cada uno de los habitantes de este planeta. Donde claramente no se excluya a nadie y además se busque con un profundo afecto posibilitar que esta nueva sensibilidad del NOSOTROS pueda llegar hasta el último rincón del planeta.
Este movimiento ya ha anidado en miles de corazones y ha echado a andar en cientos de ciudades, municipios y barrios. Hasta aquí también ha llegado con sus Asambleas Populares. Del compromiso y esmero que le pongamos cada uno de nosotros, dependerá cómo crezca en Vallecas.
No descuidemos, sin embargo, que también es un hecho de reprobación a los políticos, a los representantes teóricos del pueblo en las administraciones, que no han sabido representarle, y que han estado y están, en su mayoría, despreciando este movimiento, hablando, con desprecio, de «perro-flautas», de «antisistemas», etc.. Cualquier político representante del pueblo, de la índole que sea, que desoiga lo que esta manifestación multitudinaria y multiciudadana tiene que decir, deja claro que es mal representante y enemigo del pueblo sin duda. Atentos a ello para las próximas votaciones.