La tercera ola de la pandemia parece que remite en la capital, con cifras cada vez más pequeñas de contagios e incidencia por cada 100.000 habitantes, aunque todavía no suficientes, en las 15 Zonas Básicas de Salud (ZBS) de Vallecas. No es momento para caer en la relajación, pero si tal vez de hacer una pequeña reflexión. Han vuelto a ser momentos duros en los que los vallecanos y las vallecanas han vuelto a estar a la altura, actuando con responsabilidad y respetando las normas dictadas por las autoridades sanitarias para eludir las restricciones de movilidad que tuvieron que sufrir el pasado septiembre durante meses.
Sólo los vecinos de El Pozo convivieron con limitaciones de movilidad en el corto intervalo de dos semanas de febrero. Si en septiembre se señalaba al Sureste de la capital como el principal culpable de la propagación del virus, con medios de comunicación que se agolpaban a la salida de las bocas de Metro de la Avenida de la Albufera para poner ‘cara’ a los responsables de todos los males, ahora no es noticia un comportamiento ejemplar solamente alterado por la irresponsabilidad de algunos que protagonizan fiestas ilegales al igual que en los diferentes barrios del resto de la gran ciudad. Mientras, los vecinos de Chamartín, de Chamberí, de Moncloa-Aravaca, y de otros distritos que han sufrido el azote de la Covid, han quedado en un discreto segundo plano frente a la sobrexposición que hubo en el reivindicativo Vallecas.
También conviene señalar que la reducción del número de positivos en nuestros barrios no se ha producido por un refuerzo en la atención sanitaria, cuya falta de medios humanos y materiales lleva reclamando desde hace años la ciudadanía. Aun así, los profesionales de la Sanidad Pública han vuelto a estar a la altura como también lo ha hecho la mayor parte de la ciudadanía de Vallecas. De nuestra responsabilidad dependerá que no haya una nueva ola de contagios. Los vallecanos y vallecanas hemos mostrado que sabemos cuál es el camino.