La Defensoría del Pueblo ha respondido al escrito emitido por el ayuntamiento de Madrid sobre el caso de Valdemingómez que afecta a los vecinos del Pau. Según afirman, el perímetro de afección de dos kilómetros que se fijó para el Parque Tecnológico, se hizo «sin medir en ningún momento las afecciones concretas de la planta ni su alcance», esto equivale a decir que se ignoró conocer hasta dónde llegarían los malos olores y las afecciones que ahora afectan a los vecinos, por ello ha solicitado que se realice un estudio olfatométrico.
Esta respuesta viene en relación a lo que argumenta el ayuntamiento señalando que las viviendas del PAU se construyeron «siguiendo las indicaciones establecidas por la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo regional, que definía la ‘distancia de seguridad’ en 2 kilómetros», además, añaden, el Parque Tecnológico de Valdemingómez «no es el único foco de emisión de malos olores» ya que existen otros en la Cañada Real, de lo cual «no tenemos competencia».
Justamente por lo esgrimido en este punto, la Defensoría del Pueblo ha solicitado al alcalde Alberto Ruíz-Gallardón, que realice un «estudio olfatométrico», ya que esos otros focos, «pudieran estar contribuyendo a generar malos olores en las zonas urbanas de Madrid y Rivas Vaciamadrid», por ello, argumentan, es necesario que el ayuntamiento de Madrid, de acuerdo con el principio de cooperación y coordinación con las otras administraciones públicas, proponga «la realización y en su caso coordinación de dichos estudios olfatométricos».
De momento parece que una puerta se abre para los vecinos del Pau que a diario sufren el problema de los malos olores, que según denuncian, ha traído muchas afecciones a los habitantes del lugar. (J.C.S)