ISABEL BELDAD
Las muestras de arte decoran distintos puntos de la zona de Numancia y demuestran que este es un barrio vivo, muy vivo, que sus vecinos y vecinas cuidan y defienden.
Desde hace un año y medio en Numancia han proliferado las obras de arte urbano. Las calles, antes un poco más grises, ahora se visten de color gracias a los murales que algunos artistas se han animado a hacer por el barrio. Pero esto no es fortuito, hay un buen propósito detrás.
Los vecinos y vecinas tienen muy presentes los peligros a los que se enfrenta la zona, que pasan por la inminente especulación con el territorio, la falta de espacios pensados para el disfrute común del vecindario y los planes de crear una gran avenida que conecte la Albufera con Moratalaz —atravesando esta zona, la de Numancia, y por tanto, poniendo en peligro las viejas construcciones de casas bajas—. Por ello, han querido oponer resistencia a estas amenazas de distintas maneras, entre ellas la artística, que da cuenta a cualquiera que pase por allí de que el barrio está lleno de vida y actividad. Con estos murales, las personas que viven allí también muestran que no son pasivas al deterioro ni quieren que los grandes cambios sobre el territorio pasen sin la opinión de quienes lo habitan.
“No tenemos por qué vivir en calles grises y abandonadas y no intervenirlas” comenta Dimas, de ValleKarte, el proyecto que gestiona y con el que, entre otras cosas, facilita espacios físicos a estos artistas urbanos que dan alegría y color al barrio. Pero él no está solo en esto. Iniciativas como el Parque Vecinal Autogestionado Sputnik —un solar antes utilizado como vertedero y ahora convertido en una zona de ocio y reunión para peques y mayores— son ejemplos de esta red asociativa que sostiene esta zona de Vallecas; trabajando para evitar su degradación y generando zonas de convivencia vecinal.
“Somos varias personas, siempre nos encontramos en centros sociales, cada uno uno quizás más metida en una cosa u otra, pero estamos conectados en muchas causas: en la defensa de los parques, de los graffitis, el mapeo de la zona con Mapas del Kas… Siempre intentando reflexionar sobre el territorio y defendiéndolo”, cuenta Dimas, con la esperanza de que juntos, a través de esos pequeños gestos en forma de intervenciones artísticas o de reapropiación vecinal de los espacios, lugares como el Sputnik o los dos solares aledaños, puedan demostrar la actividad que ya tienen y así ponerse en valor “para que los compre el Ayuntamiento y los ceda como terreno verde. Ya que aquí no tenemos parques o plazas para encontrarnos y se nota que se necesitan estos espacios”, se lamenta.
PROPUESTAS DIGITALES A TRAVÉS DE VALLEKARTE
La iniciativa de ValleKarte, que comenzó en 2016, apunta en esa misma dirección, la de generar un diálogo sobre el barrio desde el arte. A través de distintas propuestas digitales que el propio Dimas crea y cuelga en las redes sociales, muestra cómo serían estos espacios vallecanos ya intervenidos. Así, podemos ver el parque de las Siete Tetas con un arcoíris gigante en la cima de una de sus colinas o murales que aún no han sido realizados, pero podrían, ¿por qué no? “Quiero que la gente vea cómo distintas zonas de Vallecas puede ser intervenidas por arte, y antes de que sean intervenidas que se genere esa demanda, que digan ‘¡ostras, pues si esto puede quedar así no estoy en contra del graffiti!’ porque cuando la gente piensa en graffitis de primeras, solo se imagina letras y firmas, suciedad, pero cuando ve otras obras que les muestras hasta lo terminan reclamando… A la gente le encanta ver propuestas sobre el paisaje vallecano”, cuenta el creador de esta plataforma virtual. Gracias a estas facilidades que brinda ValleKarte y al trabajo de muralistas como Lian o el graffitero Miguel (ONCPS), hoy en la zona de Numancia se puede disfrutar de algo parecido a un museo al aire libre que sus vecinas y vecinos disfrutan transitándolo a diario.
“Hay gente que no tiene plata para ir a ver museos, ¿por qué no se lo dais gratis en la calle? lo pueden mirar, disfrutar… Encima está en su barrio”, comenta el graffitero ONCPS, autor, entre otros, de ese corazón que da la bienvenida al barrio a locales y visitantes con un “Welcome to Vallekas”. Desde que llegó a Vallecas desde su Chile natal se quedó prendado del barrio y su gente. Hoy no quiere dejar de plasmar su arte en sus muros, sin dejar de agradecer a ValleKarte el trabajo que hace facilitándole espacios en la zona —muros, cierres de negocios que los propios dueños encargan… — para que sus graffitis vean la luz “ese trabajo de conseguir espacios es impagable”, dice entusiasmado. El artista chileno no deja de comentar la admiración con la que niños y mayores se posan frente a él cuando está trabajando: “les encanta y les causa mucha curiosidad, te preguntan… Ellos también quieren pintar”.
Con los pies en el suelo, el creador de ValleKarte es consciente de la perversidad que puede encerrar que Vallecas se convierta en un foco artístico. Ya sabe que a ese mal contemporáneo que sufren las ciudades hoy en día llamado “gentrificación” le gusta mucho el arte y todo lo que la convierta a los barrios en atractivos turísticos. Pero respira tranquilo, como puede hacerlo cualquiera, sabiendo que los motivos de los murales que visten la zona son también pequeñas trincheras, con mensajes como el que acompaña al gran mural de Lian en el Sputnik (foto de portada) que dice que “Vallekas no se vende” y que recuerda que aquí, además de arte, hay mucha resistencia.