Por Isa Mendi
El día no amaneció soleado. Todo lo contrario, revuelto, con alguna que otra nube y algo de viento. Pero la meteorología del momento no era nada importante, solo circunstancial. Desde hace varias semanas y ante los diferentes rumores aparecidos en los medios de comunicación en forma de propuestas no confirmadas, era una jornada esperada y marcada en rojo en el calendario de los y las menores de 14 años de Puente y Villa de Vallecas y, por su supuesto, de sus familias.
- Después de 42 días encerrados en sus casas, los y las menores de 14 años pudieron salir a la calle el domingo 26 de abril
El domingo 26 de abril, por fin, los niños y las niñas vallecanas pudieron salir a la calle tras 42 largos días encerrados en sus casas debido a la crisis sanitaria de la COVID-19 que asola nuestro país, nuestra ciudad y nuestros barrios. Eso sí respetando las normas para evitar riesgos de contagios y con la limitación de una hora y en compañía de uno de sus progenitores. ¿Estás nervioso?, le preguntaba un padre a su hijo antes de salir de su vivienda montado en su bicicleta. La respuesta afirmativa y su cara no dejaban lugar a dudas. Acompañados de sus juguetes (bicicletas, patines, balones, etc…), con precaución (ataviados con guantes y mascarillas, los que pudieron conseguirlas) y apartándose de todo aquel que se cruzaban en su camino al menos de 2 metros, se lanzaron a vivir estos momentos especiales. Unos momentos impensables hace apenas dos meses, en un escenario incomparable, verde, colorido, motivado por la explosión de la vegetación con motivo de la llegada de la primavera de 2020 que seguramente no olvidarán.
Con las zonas de juego y las instalaciones deportivas cerradas, pareció como si el tiempo regresara a la época de sus padres y madres, cuando cualquier espacio se habilitaba como zona de juego con la complicidad de apenas dos piedras, chaquetas o cualquier utensilio que sirviera para marcar las distancias. No importó tampoco que las plantas estuvieran mojadas por la tormenta de la tarde anterior ni que la ropa se pudiera manchar de verde y de barro. Cualquier senda bastó para estirar las piernas y simplemente pasear.
60 minutos fugaces
Una hora se puede hacer larga en función de determinadas circunstancias, pero estos primeros 60 minutos pasaron volados, como si el reloj avanzara más deprisa. ¿Nos tenemos que ir ya a casa?, le decía una niña a su madre. Sí, hay que respetar las normas. Si todos lo hacemos, estaremos cada vez más cerca de estar más tiempo. Mañana saldremos otra vez a dar un paseo, le contestó.
Los y las menores de 14 años fueron los primeros en ver aliviado un duro confinamiento y poblar unas calles desiertas por donde solo podían pasear aquellos y aquellas que tuvieran una mascota. El inicio de la desescalada, con la división en franjas horarias de las actividades a realizar en la vía pública en función de la edad de la población desde el pasado 2 de mayo, cambió de nuevo las rutinas de las familias. Pero, sin duda, el domingo 26 de abril de 2020 será recordado como un día especial perenne en nuestra memoria y en la de los más pequeños de la casa.