ROBERTO BLANCO TOMÁS.
Una de las “guindas” de esta XVII edición de Vallecas Calle del Libro ha tenido como protagonista a Luis Pastor, cantautor muy querido en el barrio, que ha presentado libro de poemas (De un tiempo de cerezas), una edición especial de su aclamado disco Vallecas, del que se cumplen 40 años, y un nuevo disco-libro dedicado a 14 poetas canarios.
Luis, ¿qué encontrará el lector en De un tiempo de cerezas?
De un tiempo de cerezas es una selección de poemas inéditos de mi diario, donde escribo mis poemas y canciones. 80 poemas que hablan del amor, del desamor, la guerra, la paz, la infancia, la naturaleza, el oficio de cantar, las amistades, la crítica social, el deseo de justicia, el paso del tiempo, la memoria como refugio personal, la muerte de los seres queridos… Ecos de la memoria llevados al papel.
¿Qué similitudes y diferencias encuentras entre escribir canciones y escribir poemas?
En mi obra apenas existe una línea divisoria entre un poema y una canción. Todo poema encierra en sí mismo una música, un ritmo, un silencio, y puede ser canción. Al contrario, no todas las canciones son poemas. He combinado a lo largo de mi historia canciones de mi autoría con poemas musicados de grandes poetas.
Naciste en un pueblo de Cáceres, pero tu vida y tu obra están muy ligadas a Vallecas… ¿Cuánto hay del barrio en este nuevo libro?
Todo y nada. En la medida en que soy un producto de mi barrio y toda mi formación pasa por los años de adolescencia y juventud allí. Está claro que el oficio de cantautor y poeta nacen de los valores aprendidos y de la seña de identidad que le dio a mi persona el barrio de Vallecas.
Como autor, ¿dirías que existe una “mirada especial” vallecana a la hora de crear?
No solo a la hora de crear: a la hora de ser y de estar en la vida. Creo que nuestra vida es y tiene sentido por lo que fuimos, y en aquel Vallecas de mi juventud fuimos jóvenes orgullosos de ser obreros, de ser emigrantes, de ser de barrio, de vivir el camino de las utopías, que eran nuestros sueños y que dieron valor y sentido a nuestras vidas y a nuestro barrio, y una dimensión más allá de nuestras fronteras. Tanto fue así que en los años 70 ejercí más como vallecano que como extremeño, y me lo reprochaban mis paisanos.
En tu opinión, ¿debe existir una relación entre arte y compromiso?
En mi opinión, en mi ejemplo y en mi manera de entender el arte y la canción en este caso, siempre ha estado ligado el arte con el compromiso social. Creo que el arte banal, el arte por el arte, tienen su espacio, pero en el oficio de cantante que yo soy prima lo otro. En la época de dictadura porque nos vimos abocados a ejercer ese compromiso y ese liderazgo, y en los años de democracia porque esos valores siempre han formado parte de una forma de entender de la vida. Más allá del cantautor, el ser humano que yo soy siempre ha sido una persona comprometida.
¿Cómo valoras Vallecas Calle del Libro?
Es un referente de la cultura de Vallecas desde la libertad y la independencia. Desde hace diecisiete años, el mes de abril tiñe las calles, los centros culturales, los centros de enseñanza de encuentros en torno a la literatura, a la poesía, en torno a los libros que esos días se editan en colaboración de Vallecas Todo Cultura. He tenido el gusto de participar en algunas ediciones acompañando a grandes poetas en las presentaciones de sus libros, y este año participo con un libro propio, De un tiempo de cerezas, y con un concierto el día 25 en el Lope de Vega dedicado a los poetas canarios, que es mi proyecto de grabación de este año, acompañado por Toñín Corujo, timplista de Lanzarote, que será el arreglista y productor de este nuevo disco-libro.
