José Molina Blázquez
A punto de cumplir los 85 años —lo haría el próximo 13 de abril—, se nos ha ido, casi sin hacer ruido, Herminia Azcoitia. Una mujer incombustible, que horas antes de fallecer, de repente, bromeaba con sus amigas telefónicamente. Herminia era una madre coraje, de aquellas que la literatura se ha encargado de ensalzar, pero que frecuentemente nos las encontramos a nuestro alrededor en Vallecas. Herminia, como lo fuera antes su marido, Ángel Francés, que hoy da nombre a una plaza del barrio de Fontarrón, dedicaba todas sus horas, sus esfuerzos, sus trabajos y desvelos a pensar en los demás. Con una conciencia de clase a prueba de bomba, primero en el PCE, posteriormente en el PSOE de Vallecas, se empeñó en buscar trabajo a los parados de su barrio, después en resolver los problemas más acuciantes de las familias en paro, gestionar comida, empleo, realizar gestiones con empresas y entidades para aliviar los problemas cotidianos de sus convecinos.
Desde hace más de 35 años, fecha en la que se inauguró Fontarrón, Herminia trabajó en las reivindicaciones del barrio: la vivienda, los equipamientos sociales, la situación de los parados. Muchos años colaborando con la Iniciativa para el Empleo de Fontarrón, como vicepresidenta de la asociación de vecinos del mismo barrio, defendiendo todas las causas pobres de los vallecanos y del resto de la ciudadanía.
Herminia era una ciudadana del mundo, una mujer con la sensibilidad a flor de piel, y con la decisión y valentía, a veces cabezonería, que pasaba por encima de todo aquello que se le pusiera por delante. Natural de Saelices, un pequeño pueblo de Cuenca, nacida en 1928, hija de padre picapedrero y de ama de casa rural, se vino a Madrid con 20 años. Tras residir en otros barrios, vino a vivir en Vallecas a finales de los cincuenta.
Casada con Ángel Francés, fue madre de un hijo que hoy, como todo Fontarrón y en otros muchos lugares de Vallecas, lloran su pérdida y al tiempo levantan la bandera de esperanza y decisión que siempre supo esgrimir esta dulce, firme, enérgica y consecuente demócrata que fue Herminia. Su última obra, la creación de un grupo de mujeres de Fontarrón, nacida a propósito de la Ley de Dependencia y de los recortes del Gobierno del PP.