EDITORIAL |
Por una educación pública, universal y de calidad. Ésta es la razón por la que se viene movilizando intensamente, tanto en el Estado español como en la Comunidad de Madrid, una gran parte de la sociedad y de forma muy particular en estos dos últimos años.
Iniciamos un nuevo curso y de nuevo se están convocando acciones para informarse, sensibilizarse y movilizarse ante los crecientes recortes de todo tipo de recursos. De todo ello damos cuenta más detallada en las páginas 3 y 4 de esta edición de Vallecas Va.
Estas movilizaciones habrán de ir en crecimiento. El clamor de una gran mayoría ha de llegar a ser tan fuerte, y las acciones tan variadas e imaginativas, para que por un lado o por otro puedan ir entrando pequeñas “cuñas” que permitan que este sistema, que quieren presentarnos como “monolítico”, se empiece a resquebrajar mostrando la tremenda falsedad de los “gestores políticos” de cartón-piedra. No las tienen todas consigo. Pensaban que el proceso de privatización de la sanidad en Madrid iba a ir de corrido, y sin embargo dos juzgados lo han detenido por el momento.
En cuanto a la Ley Wert, puede que no llegue a hacerse efectiva o que, apenas eche a andar, se encuentre con tanta resistencia enfrente que no puedan con ella. Alguna “china” también se les puede cruzar en el camino en el caso de la educación. Por ello es que hay que seguir en la calle, haciéndose fuertes, haciendo comunidad, manifestando nuestro parecer y exigiendo que sea tenido en cuenta.
De otro lado, en este momento en que todo se está “replanteando” será de mucho interés reflexionar en profundidad sobre los temas de fondo de la educación. Un tema tan esencial para el ser humano y tan complejo debería tratarse con sumo esmero y delicadeza, permitiendo que las mejores cualidades, intenciones y actitudes de los profesionales de la educación a floraran, afin de que, en un trabajo conjunto, convergente, desprejuiciado y superador de viejos esquemas, se pudiera ir avanzando realmente para que el sistema educativo fuera un “laboratorio vivo”. Un laboratorio donde todo lo nuevo saliera reforzado y lanzado, y donde el alumno fuera el centro, permitiéndole también “su espacio de decisión”, que con mucha probabilidad aportaría no poco en la superación de esquemas, valores, sensibilidades y miradas trasnochadas.
La aspiración es ir acercándonos a esto. Todavía no se ve en el horizonte cuándo se dará. Pero ello también puede ser un aliciente para encarar esta etapa de intensa lucha en defensa y conquista de un derecho tan fundamental como es el de la educación.
La educación se defiende