Vallecas y Barcelona se reencuentran en torno a la memoria del 47 y del 57

El Centro Cultural Lope de Vega acogió una jornada de cine, coloquio y memoria compartida sobre dos hitos históricos de la lucha vecinal

Participantes durante el coloquio en el Centro Cultural Lope de Vega. Foto: FRAVM

Por David Muñoz Montero

Más de 150 personas llenaron el Centro Cultural Lope de Vega (calle de Concejo de Teverga, 1) el pasado 8 de mayo para asistir a la proyección de ‘El 47’, película ganadora de cinco Premios Goya que narra la historia del secuestro simbólico de un autobús en el barrio barcelonés de Torre Baró. El evento, que incluyó también un coloquio con protagonistas de aquel suceso y de su «gemelo» vallecano, el secuestro del 57 en Palomeras en 1991, fue un emotivo homenaje al legado del movimiento vecinal y una llamada a reactivarlo ante los retos del presente.

Convocado por el proyecto Bloques en Transición, la Red de Oficinas Vecinales de Energía Justa e Inclusiva y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), el acto reunió por primera vez a activistas de ambas ciudades en torno a una misma mesa. Tras unas palabras iniciales del presidente de la FRAVM, Jorge Nacarino, y de Almudena Jiménez, en representación de la Asociación Vecinal Palomeras Bajas, se proyectó un saludo en vídeo del director Marcel Barrena, quien expresó su alegría por ver cómo su película servía de punto de encuentro para generaciones distintas de luchadores vecinales.

Durante el coloquio posterior, Rosi Martín y José Manuel Romero, de la Asociación Vecinal de Torre Baró, compartieron recuerdos y reflexiones sobre la gesta del 47. Desde Vallecas, Mariano Monjas revivió el día en que cerca de 500 personas tomaron pacíficamente un autobús de la línea 57 para exigir que su recorrido llegara hasta el Campo de la Paloma. Aquel secuestro simbólico del 18 de abril de 1991 marcó un antes y un después en la movilidad de Palomeras, y puso en valor la capacidad de las asociaciones vecinales para lograr cambios concretos mediante la presión organizada.

Óscar Chaves, responsable de comunicación de la FRAVM, destacó el carácter “muy emotivo” del acto y el reconocimiento explícito que se hizo del papel de las mujeres en estas luchas. “Aunque muchas veces los dirigentes visibles han sido hombres, fueron muchas las mujeres, como es el caso de Carmen, la esposa de Manolo Vital, las que estuvieron al frente y eso se reivindicó con fuerza”, señaló.

José Luis Fernández, interviniente en el coloquio y miembro del Centro Social Seco y de la FRAVM, subrayó el objetivo principal del encuentro: “Conectar la memoria de las luchas vecinales con los desafíos del presente y del futuro, como la emergencia climática o la crisis ecológica, y pensar cómo una transición ecosocial puede ser justa para los barrios populares”. Fernández animó también a retomar el tejido asociativo, como forma de mantener viva esa tradición de dignificación barrial que impulsó tantos logros durante la Transición.

Reflexiones para el futuro del movimiento vecinal

El encuentro, que se cerró con intervenciones del público de barrios como Entrevías o Palomeras, sirvió no solo para recordar las “hazañas” de antaño, sino también para poner en común preocupaciones actuales sobre vivienda, sanidad, energía o transporte. En un clima de reencuentro intergeneracional, quedó clara una consigna: sin memoria vecinal no hay futuro en común.

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