Por Alumnos 4º A y B de la ESO- IES Madrid Sur
Durante el confinamiento, la profesora Charo Martín, de Tecnología, se enteró, a través de las redes sociales, de la existencia de la red de solidaridad vallecana Somos Tribu. Le pareció una buena idea para implementar un proyecto de aprendizaje y servicio en el instituto.
Dos antiguas alumnas, Patricia y Andrea, que forman parte de Somos Tribu, vinieron a explicarnos qué significaba esta red solidaria. Se trata de una unión de vecinos de Vallecas que surgió durante el confinamiento, con el propósito de ayudar a quienes más lo necesitaban: desde llevar la compra a personas mayores que no podían salir a la calle, a pasear al perro o a dar conversación telefónica a quienes se sentían solos… La tarea más importante que han desarrollado es crear un banco de alimentos para aquellas personas que han perdido su trabajo o han tenido ERTES y no los estaban cobrando. Somos Tribu recoge comida en los supermercados, ataviados con un peto amarillo fluorescente para ser fácilmente identificados. A Patricia y a Andrea les sorprendió el perfil de personas que ahora necesitan ayuda, porque algunos de los que reciben alimentos hace aproximadamente un año eran quienes donaban. Somos Tribu tiene en cuenta cómo es cada familia a la hora de preparar cestas: cuántos miembros hay, qué edades tienen, alergias…Las cestas no solo están provistas de alimentos, sino que también llevan productos de higiene. Las personas que reciben cestas también se encargan de prepararlas para otros vecinos y así colaborar en el buen funcionamiento de Somos Tribu.
La idea que nos propuso Charo nos ha parecido un proyecto interesante, porque aquí en el instituto también hay alumnos que necesitan ayuda o compañía y nosotros queremos intentar, con nuestros medios, que su situación sea más llevadera y que no se sientan solos en este mal momento.
- En el instituto hay alumnos que precisan ayuda o compañía y queremos que no se sientan solos
Los alumnos hemos propuesto distintos nombres para el proyecto y el ganador ha sido ‘Semillas’, sugerido por Anabel y Alicia. La vida empieza con una semilla. Cuando la semilla detecta que está en un lugar fértil y con condiciones apropiadas, comienza a germinar. Nosotros, los alumnos y las alumnas del instituto, somos semillas porque estamos creciendo como personas y, además, en el huerto plantamos semillas para que sus frutos nos ayuden a nosotros como seres humanos y a los demás con los alimentos que les puedan llegar. Creemos que el instituto debe ser ese lugar fértil y nuestro trabajo las condiciones apropiadas para que el proyecto sea útil para nosotros y para el barrio.
Los alumnos de 4º de ESO vamos a trabajar en el proyecto desde distintas asignaturas: en Teatro, con Laura, vamos a hacer una representación del nombre del proyecto; en Matemáticas, con Noemí, vamos a hacer encuestas y trabajar porcentajes; en Plástica, vamos a decorar el instituto para visibilizar el proyecto; en Lengua, por un lado vamos a grabarnos en vídeo explicando a compañeros de otras clases qué es el proyecto ‘Semillas’, y así vamos a practicar la comunicación oral y no verbal, y, por otro lado, escribimos cómo nace y cómo va creciendo el proyecto en este periódico mes a mes, ejercitando así nuestra capacidad de redacción, ampliando nuestro vocabulario y mejorando nuestra ortografía y conociendo de primera mano cómo es el texto periodístico.
Historia de un barrio solidario
En la asignatura de Historia, vamos a estudiar con Isabel y con Carmen varios temas relacionados con la historia de nuestro barrio: el movimiento obrero, el sindicalismo y el movimiento anarquista en Vallecas; la llegada de los obreros de pueblos de España; las condiciones sociales y la alimentación en el siglo XIX; la llegada del ferrocarril; la creación del barrio de Salamanca y la edificación y las calles de Vallecas… Todos estos trabajos nos sirven para saber cómo nació el barrio y cómo ha ido evolucionando.
Nos interesa estudiarlo porque así conocemos el origen de nuestras calles, cómo han cambiado desde que solo había campo y chabolas hasta ahora, donde vemos edificios, zonas verdes, alcantarillado, alumbrado e infraestructuras como medios de transporte (autobuses, Metro, Renfe) y servicios como centros de salud, centros educativos, centros culturales, tiendas…
- Los productos del huerto del instituto público se entregarán a las personas que más lo necesitan
Algunos de nuestros abuelos fueron inmigrantes y llegaron de sitios como Jaén, Extremadura, Ávila, Cuenca, Toledo… Ahora también hay inmigración de otros países. Algunos de nuestros padres han venido de Colombia y han tenido hijos (nosotros) aquí y algunos de nosotros hemos llegado a nacer en otros países como México, Colombia y El Salvador. Nos ha sorprendido para bien que en Vallecas haya tantos medios de transporte o una Sanidad pública.
El huerto
Dentro del proyecto ‘Semillas’, en el huerto hemos pasado nuestros mejores momentos, porque nos lo pasamos bien, nos sentimos útiles y aprendemos. Además, esta actividad es al aire libre y nos sentimos más seguros por la Covid-19 que en las aulas. Nos gusta estar en contacto con la naturaleza. En el huerto no solo hay vida vegetal, sino que también hay casetas para pájaros. Estas aves, alimentadas con alpiste, con su trino dan vida al huerto y nos acompañan cuando trabajamos.
Al huerto hemos ido con Leonor, la profesora que lleva años encargándose del mismo, y con Charo, profesora de Tecnología, quien creó y dirige el proyecto Semillas. Lo primero que hemos hecho ha sido arreglar el huerto: limpiarlo, quitar hojas, ramas y poner piedras para señalizar. Hay tubos de riego en cada bancal indicando dónde hay que poner las semillas o los esquejes. Hemos trasplantado lechugas, acelgas, coles, canónigos, hinojo, fresas y flores, que nos ha proporcionado el Ayuntamiento de Madrid. Estas frutas y verduras serán destinadas a familias necesitadas a través de Somos Tribu. Esto ha hecho que nos sintamos productivos y bien con nosotros mismos.
Alguno de nosotros ya tenía experiencia en huertos, bien en el IES o en nuestros colegios (Madrid-Sur, Javier de Miguel y Palomeras Bajas), pero ahora que los productos irán hacia quienes más los necesitan, vemos el huerto con otros ojos.