OPINIÓN.
Con las elecciones del 26J, muy probablemente se esté cerrando una primera etapa (si es que se forma Gobierno y no hay terceras elecciones) de esta “ventana de oportunidad”. Todos los partidos se han dejado la piel. Así pues, estamos en las mejores condiciones para realizar buenas evaluaciones.
No vamos a entrar a intentar analizar los diferentes elementos que han intervenido para que finalmente los resultados electorales sean radicalmente distintos a los que el último CIS y la mayoría de las encuestas pronosticaban una semana antes de las elecciones. Sin embargo sí quiero destacar uno de los que considero de especial relevancia: la gran movilización de los votantes del PP. Por un lado, al sentirse “agredidos” ante tanta información en plena campaña sobre la corrupción y usos al más puro estilo fascista (las grabaciones de las conversaciones del ministro del interior extorsionando a políticos) y por el otro, ante la posibilidad real de que Unidos Podemos pudiera disputar al PP el primer puesto en las elecciones a diputados.
De cualquier modo, lo que ha quedado muy evidente es que estos resultados electorales nos han puesto a muchos (que simpatizamos con Unidos Podemos) en una situación muy interesante, al tener que hacer profundas reflexiones de cara a afrontar los próximos cuatro años. No hay nada más que ver la cantidad de análisis, opiniones, intercambios y debates que se están haciendo al respecto; una situación que nunca se hubiera dado si Unidos Podemos hubiera obtenido alrededor de 95 diputados, (como la mayoría de las encuestas pronosticaban) que hubiera generado un panorama muy exitoso, en un primer momento, pero tal vez “ficticio” (al haber “vencido” a los votantes del PP) y de una enorme dificultad a la hora de gobernar. ¿España está suficientemente “madura” en este momento para un gobierno de cambio real? ¿La democracia representativa con sus “tramposas y trasnochadas” mayorías es la forma adecuada a la actual sensibilidad, mucho más acorde con “el verdadero consenso”, que se va abriendo paso desde la sociedad civil?
Tocar tierra, condición óptima para encarar una etapa decisiva
Podemos surgió para “ganar las elecciones generales”, y en estos comicios se ha visto hasta dónde se le ha permitido llegar hoy: 71 diputados y 5.049.734 votantes (el tesoro más preciado que hay que mimar). Como “máquina electoral” ha tocado techo en esta primera etapa. De otro lado, se podría decir que en estos momentos Unidos Podemos es la primera fuerza alternativa al actual Sistema, no solo en España, sino en toda Europa.
Los resultados electorales nos han trastocado y nos han puesto en situación de intentar “entender” qué ha pasado. Desde esta honda preocupación y descoloque resulta más fácil darle profundidad a la pregunta “¿dónde estamos?”, y sobre todo a las de “¿hacia dónde queremos ir?” y “¿cómo lo vamos a construir?”. La tarea que ahora toca es “cuidar” el recién creado espacio de convergencia, valorando la rica diversidad con la que surge y buscando activamente el consenso en la construcción de las decisiones que haya que tomar. Así pues, es el momento de desarrollar la construcción de un instrumento político-institucional a la altura de la nueva sensibilidad expresada en el 15M y que pueda persuadir y ser alternativa real de gobierno dentro de 2-4 años.
¿Cómo liderar el cambio ‘acompañando’ a los movimientos sociales?
Podemos estar viviendo las manifestaciones de la caída de un Sistema, caída no solo económica, social y política, sino también cultural y existencial, que también afecta a las organizaciones sociales tradicionales (por su dependencia económica y su forma vertical de funcionamiento). El poder económico va a seguir asfixiando a las poblaciones. El creciente endurecimiento de las políticas dará paso a un creciente conflicto social en el que debería de tener un papel relevante los movimientos sociales, (esto está por ver).
Es necesario profundizar en Unidos Podemos, dotarle de una novedosa forma organizativa. Tal vez los liderazgos personalistas haya que irlos superando y viendo cómo sustituirlos por otras fórmulas. ¿Cómo inventarse una nueva forma organizativa en la cúpula de Unidos Podemos para que sea realmente coral, horizontal? Es fundamental la búsqueda activa del “consenso real” en los equipos dirigentes (sea cual fuere la instancia), tanto de los partidos que conforman Unidos Podemos como en éste mismo.
Podemos, en sus principios éticos, plantea la “búsqueda activa del consenso”. Es el momento de ponerla en práctica, en todas sus instancias organizativas. De otro lado, tiene en el horizonte su segundo congreso en octubre del próximo año, una muy buena oportunidad, para desde ya irse encaminando a reinventarse nuevamente, utilizando procedimientos mucho más “participativos”.
Y desde los barrios habrá que hacer la principal labor. Desde las juntas municipales, desde los colectivos y organizaciones de base. Todos trabajando en cuña por mejorar las condiciones de vida de los vecinos. Y con total despreocupación por “lo electoral”. Cuando llegue su momento, se decidirá cómo encararlo, con la mirada puesta en “ganar”, y será Unidos Podemos quien habrá de liderar ese frente. Cada vecino, cada colectivo, verá qué y cómo hace desde ya. Pero, lo que ha dejado claro la sensibilidad del 15M es que lo único “que funciona”, lo único que “tiene sentido” es cuando se hace desde “el entusiasmo”, desde la coherencia y no desde “el trasnochado deber”, y siempre que sea en ámbitos verdaderamente horizontales (no solo de palabra hueca).
Los nuevos partidos con sus instancias de decisión, habrán de facilitar esa construcción que para que sea verdadera, impepinablemente se ha de levantar desde la base social. La gente sabe cómo hacer. Son los actuales concejales, los vocales vecinales, quienes habrán de escuchar con las orejas bien amplias, lo que están clamando la gente, los movimientos, y… gestionar pulcramente y ejecutar. Es el momento de trabajar en los barrios entre la gente y las organizaciones, bien “arremangados” y “marcando” muy de cerca a quienes están dentro de las instituciones para que sean lo más fieles posible a su mandato.
El gran reto de Unidos Podemos, de sus cuadros y dirigencias es permitir construir verdaderamente desde abajo, que el movimiento social “lo reconozca” como un instrumento afín y que se vaya preparando para dar y ganar la próxima batalla electoral dentro de pocos años.
Jesús Arguedas Rizzo