Por Pedro Lorenzo (OVK)
‘Tartufo’ de Molière. Versión y dirección: Ernesto Caballero. Reparto: Pepe Viyuela, Paco Déniz, Silvia Espigado, Germán Torres, María Rivera, Estíbaliz Racionero, Javier Mira y Jorge Machín. Teatro Reina Victoria.
Escrita hace 357 años, esta comedia de Molière tiene como eje central la farsa, la mentira y la hipocresía, tan de actualidad como entonces. Siendo el autor francés el dramaturgo más representado, con esta sátira tuvo problemas. Tras su estreno estuvo cinco años prohibida y reescrita en parte. La pretendida virtud del impostor, sin moral alguna, que tiene como único fin el lucro mediante el engaño, es atemporal.
La versión de Ernesto Caballero y su puesta en escena suponen una modernización de la obra con elementos como el lenguaje de barrio que gasta Dorina, la doncella de Mariana, quien enseña el torso desnudo de con la frase “Yo decido” (con guiño a Femen) ante su padre, Orgón, al querer casarla con Tartufo (Pepe Viyuela) en contra de su voluntad, pues ella estaba enamorada de Valerio. No obstante, éstas son licencias de la versión y dirección que no hurtan un ápice de verosimilitud al texto, pero sí la sacan de su contexto histórico.
Una escenografía diáfana (Grotoski) y unos roperos movibles (Kantor) apoyan lo anteriormente dicho, junto a un vestuario contemporáneo, todo unido a las explicaciones al texto al principio y final, teatro dentro del teatro. Metateatro, al fin.
Un final feliz con todo esto para Ernesto Caballero y para el público, que disfrutó atento y a veces divertido del ingenio de la propia obra como de su original puesta en escena. Un elenco con oficio, donde Pepe Viyuela destaca en sus papeles y como madre de Orgón y, sobre todo, en el papel del falso devoto. Igual ocurre con Paco Déniz, como el burgués Orgón; Silvia Espigado como la esposa de Orgón, la hija de ambos; Estíbaliz Racionero y la ya mencionada Dorina, Marta Rivera. Al final, muchos aplausos de un público que aprobó el resultado de la novedosa pero arriesgada apuesta de Ernesto Caballero.