EDITORIAL.
Vivimos un momento muy particular en el que se dan las condiciones para construir algo radicalmente diferente, con ese sabor, con esa sensibilidad tan sutil y humanista, que nos mostró las plazas y asambleas del 15M. Aprovechémoslo junto con la fuerte trayectoria participativa que tenemos en Vallecas.
A nosotros, como vecinos, este nuevo momento psicológico, cultural y existencial nos permite y a la vez nos obliga a preguntarnos con mayor profundidad: ¿qué barrio es el que queremos para nosotros y nuestra gente? ¿Cuál va ser el lugar que yo voy a ocupar? ¿En qué me voy a aplicar? Desde las respuestas a estas preguntas es más probable que surja un mayor y más querido compromiso con la construcción de ese futuro querido.
Participar es, sobre todo, el resultado de una decisión reflexionada y libre en la que cada uno ha de encontrar su tema, su lugar, su sentido. Requiere de una previa intención y de un posterior trabajo con permanencia.
Acorde con el momento actual se necesitan “nuevas formas”, “nuevos modos”, “nuevas actitudes”, para que eso de participar resulte enriquecedor y motivador, tanto para uno como para los demás.
Votar es un primer paso (según para qué cuestiones, pues no siempre da respuesta a conflictos, sino que a veces los crea innecesariamente). Pero a estas alturas, eso de votar se queda un tanto corto. La participación la podemos ver como un proceso educativo que requiere de un cierto recorrido, en el que son fundamentales, entre otras cosas, los procedimientos, las actitudes, el consenso en todo lo importante (incluido lo organizativo) entre los diferentes agentes implicados y los tiempos necesarios que permitan comenzar desde “una buena base”, lo más amplia e inclusiva posible. De forma que ese modo de hacer sea inspirador, ejemplar y vaya instalándose en el tiempo.
Tal vez una de las mayores responsabilidades de las juntas municipales y de los vecinos y sus organizaciones, en relación con aquellos espacios y mecanismos participativos que se están poniendo en marcha, sea la de velar por unas buenas bases de partida.
En Vallecas se están abriendo varias posibilidades, varios espacios (los Foros Locales, la experiencia de diagnóstico participativo de los barrios de Nueva Numancia y San Diego, el trabajo conjunto en la Cañada Real, etc.) que tienden a una participación con ese “sabor 15M”. Espacios para la construcción colectiva de nuevas realidades sociales desde la responsabilidad, el acuerdo y el consenso. Sigamos apoyando, apostando y aprendiendo de ellas.