Por Paco Martínez Moya, vecino de Vallecas
Vivimos en un momento muy duro para aquellos vecinos y vecinas con bajos recursos, provocado por la dinámica del capitalismo (subida de alquileres e hipotecas, productos básicos, recortes en sanidad, educación, pensiones, imposición digital en las administraciones, sanidad y las entidades privadas, residencias de mayores como negocio rentable, violencia de género, etc…). Ante esta realidad sangrante, los vecinos y las vecinas hemos ido generando estructuras básicas de participación y resistencia a través de asociaciones vecinales, centros sociales, coordinadoras, plataformas (sanidad, educación, anti desahucios, pensionistas, residencias…) colectivos feministas y por la Paz, cuya labor más importante está siendo manifestar nuestro rechazo, generar conciencia y animar a la participación del vecindario, porque entendemos que es la única forma de provocar el cambio que necesitamos.
Reconocer que algunos partidos y sindicatos están implementando acuerdos y leyes que tratan de aliviar y mejorar esta situación, aunque no llegan a todos. Tenemos que ser capaces de profundizar más en aquello que nos une y generar espacios de diálogo y coordinación, de cara a que las acciones que realicemos sean más significativas y generen una mayor conciencia en la ciudadanía. Eliminar en nuestros debates las descalificaciones y críticas destructivas de cualquier realidad organizativa (colectivos, asociaciones, plataformas, partidos, sindicatos, etc…), asumiendo la pluralidad de posiciones en función del lugar que se acupe en la esfera social y política, siempre que impulsen el cambio que necesitamos para satisfacer las necesidades básicas para una vida digna de las personas más desfavorecidas.
Hoja de ruta
Si queremos que sea posible un cambio en las instituciones políticas, cuyo objetivo sea conseguir el bien común, que hoy pasa por satisfacer las necesidades básicas de las personas que viven en situación de pobreza, exclusión y precariedad, es muy necesario generar espacios de debate y dialogo, donde profundicemos en aquello que nos une, entre todos los movimientos sociales, colectivos y los partidos políticos afines al objetivo que nos marcamos. Donde podamos confluir en un proyecto global que refleje de forma realista y estimule a participación de los vecinos y de las vecinas. Creo que tenemos que aprender de la experiencia que tuvimos en las elecciones al Ayuntamiento de Madrid de 2015. Por otro lado, tenemos que influir, a través de las convocatorias que realizamos, en las conversaciones entre los residentes, en la prensa del barrio, para difundir la idea de que sí se puede cambiar la realidad sangrante que vivimos si nos movilizamos y participamos activamente.