Por Elsa Sierra (psicóloga), Carla Escacena (arteterapeuta) y Sol del Val (psicóloga) de la Asociación Remontando el vuelo/ Redacción
Impulsado por la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y por la Asociación Vecinal Palomeras Bajas, y dentro del contexto de los Planes Integrales de Barrio, el taller ‘Aprendiendo de las pérdidas y duelos’ lleva impartiéndose desde 2020 en diferentes centros educativos del distrito de Puente de Vallecas de la mano de la Asociación Remontando el Vuelo. A lo largo de estos meses, han participado en este proceso un total de 361 alumnos y alumnas de 6° de Primaria y 4° de la ESO, y 66 familiares y docentes. “Es algo imprescindible, impresionante, que te llega al alma por la reacción de los chavales, cómo lo viven, cómo lo sienten, cómo agradecen y cómo cuentan sus sentimientos. Me ha parecido una de las experiencias de las más bonitas”, dice Loli, de la Junta Directiva del colectivo vecinal.
Coincidiendo con la vuelta al curso tras el confinamiento provocado por la pandemia, esta propuesta cobró especial importancia dada la situación de múltiples pérdidas en las que tanto el alumnado como el profesorado estaban inmersos.
En estos dos años, la sociedad ha experimentado un significativo incremento en el número y en la relevancia de las pérdidas (muertes, enfermedad, falta de contacto social, pérdida de trabajo, inseguridad, soledad, etc…) y, sin lugar a dudas, ha derivado en un claro incremento de problemas de salud mental en general y, especialmente, en la población infantil y adolescente: ansiedad, depresión, trastornos de la conducta, trastornos alimentarios, fobias, autolesiones, suicidio…
Los trastornos mentales no han aparecido con la pandemia, pero sí se han incrementado en número y gravedad.
En 2020 se suicidaron 61 niños, niñas y adolescentes en nuestro país. Según Save the Children, un 3% de niños, niñas y adolescentes han tenido pensamientos suicidas en 2021. La Fundación ANAR ha atendido en este período un 145% más llamadas de menores con ideas o intentos de suicidio y un 180% más de autolesiones con respecto a los dos años previos.
Debido a los buenos resultados, tras la primera experiencia y su magnífica acogida, los talleres han continuado durante el curso 2021-2022, siendo cada vez más centros los que se benefician de este espacio en el que se trata algo tan común y tan ajeno como es el ámbito de las pérdidas y de la muerte. Ambos temas afectan a toda persona desde el comienzo de su vida y su afrontamiento tiene una importancia fundamental en la gestión y la vivencia de futuras experiencias repercutiendo en la salud mental. En los talleres se trata todo tipo de pérdidas (separaciones, muertes, pérdida de amistades, desamores, cambios en la imagen corporal, cambios de residencia, de centro….) y el duelo que las acompaña.
Los objetivos
El objetivo principal es ayudar a las y los jóvenes a comprender qué ocurre después de una pérdida significativa y qué recursos tienen a su alcance para facilitar el proceso de duelo. Se promueve también la identificación y desarrollo de nuevas habilidades que sirvan de ayuda para afrontar las experiencias futuras.
Las figuras de referencia, familias y docentes, necesitan a su vez, adquirir conocimientos para poder acompañar en el proceso de duelo a niños, niñas y adolescentes y es por ello, que, en la actividad desarrollada, toda la comunidad educativa está implicada, realizando talleres específicos para cada colectivo.
Para ello, se crean espacios donde pueden hablar, conocerse y conocer a sus iguales y aprender de estas experiencias. La metodología didáctica empleada y su estructura es muy importante para llegar a los objetivos planteados y busca un medio poco invasivo para trabajar un tema tan delicado como son los duelos. Es por ello que recurrimos a la arteterapia como herramienta a través de la cual manifestar emociones y pensamientos de un modo lúdico y que permite contar, mediante la creación, posibles problemáticas que costaría comunicar directamente.
¿Qué nos ha enseñado la puesta en práctica de esta experiencia en el aula?
En base a las valoraciones que hacen las alumnas y alumnos tras las sesiones y sus comentarios, podemos concluir que agradecen que se les brinde un espacio para poder expresarse y recordar a sus seres queridos, reconocen la importancia de compartir sus emociones con sus compañeros, manifiestan la dificultad para tratar en la familia y/o en la escuela su experiencia en torno a la pérdida, y valoran muy positivamente la expresión artística como medio para identificar sus emociones y canalizarlas.
A modo de ejemplo, éstos son algunos de los comentarios recogidos en el aula: “Lo deberíamos hacer más a menudo”, “Gracias por dejar expresarme”, “Al principio pensaba que no me iba a servir, pero hablar con mis compañeros de nuestros problemas me ha ayudado bastante” y “Me he sentido conmovida y alegre, gracias a este taller he podido recordar…de buena manera”. “Los talleres son muy útiles, porque vas al instituto y aprendes un montón de cosas que luego cuando te haces mayor te das cuenta de que no sirven para nada en tu vida. Con este taller, al final aprendes a gestionar esto, porque todos en nuestra vida vamos a vivir algún duelo. Yo he vivido una pérdida y fuera de mi familia no me gusta hablar de ello. Sin embargo, al tratarlo en clase y en grupos pequeños, de una forma cómoda, no te hace sentir mal”, dice una alumna del instituto Madrid Sur.
Otro de los aspectos importantes que extraemos de las evaluaciones es el interés de las y los participantes por conocer más sobre el duelo para poder ayudar a otras personas, familia, amigos, etc… tras la ocurrencia de una pérdida.
En general, aprecian la necesidad de normalizar el tema y poder hablar libremente sobre ello. Además, les sorprende el taller por resultar algo novedoso y a la vez muy útil para poder hablar sobre las pérdidas y expresan el bienestar que supone poder hacerlo, incluso manifiestan la necesidad de que se repita por haberles resultado una experiencia muy positiva.
Señales de alerta detectadas en el aula
Hemos apreciado como, en el curso 2021/2022, se manifiestan en los talleres un mayor número de pérdidas y han surgido nuevas problemáticas respecto al curso anterior. También detectamos más alumnos con duelos complejos, difíciles de abordar en el tiempo y espacio dedicado a los talleres y con los que hemos tenido que intervenir, en algún caso, individualmente.
La masificación de las aulas, con la vuelta a la normalidad, ha supuesto una dificultad para trabajar esta temática en el ámbito escolar. El esfuerzo del profesorado y la gestión de los centros han facilitado poder desdoblar las clases, pero a costa de prescindir de la presencia de parte de los docentes.
La prevención, detección e intervención es fundamental en los entornos educativos, pero para ello los centros han de estar dotados de recursos materiales y humanos que protejan y se ocupen de la salud mental de la población infantil y adolescente. En este sentido, es urgente la implantación de programas de formación dirigidos a profesores, orientadores y resto de profesionales que atienden a los menores.
En cuanto a las familias, se hace especialmente necesario el trabajo con éstas de forma que conozcan e identifiquen señales de alerta. Es trabajo de los organismos públicos implicados hacer que familias y centros educativos tengan a su alcance medios destinados a prevenir y tratar problemas tan graves como los que afectan significativamente a la calidad de vida e incluso a la supervivencia de niños, niñas y adolescentes.