Escribe: Antonio Luquero / VallecasVA.
El domingo 22 de mayo de 2011 puede pasar a la historia del rayismo como el día en que se logró el ascenso a Primera División en el que hubo más “zancadillas” previas de todos los que se recuerdan. Con un entrenador sin experiencia en la categoría apoyado por la afición, un equipo que sufrió el año pasado para mantenerse en Segunda, y una situación económica que desembocó en la marcha de la omnipresente familia Ruiz-Mateos, lograr el ascenso roza los límites del milagro deportivo.
Por eso, no es de extrañar que este domingo, a eso de las 13:45 horas, cuando el árbitro dé el pitido final, una marea humana en forma de rayistas agradecidos decida salta la barandilla para acudir a agasajar a sus jugadores. Pues no.
La consigna es NO SALTAR LA VALLA. ¿Y eso por qué?, os preguntaréis deseosos de saber quién es el culpable de quitaros el gusto de saltar al terreno de juego o “quién me va a impedir a mí” saltar la valla si me da la gana…
El motivo es muy sencillo. Los jugadores de la plantilla del Rayo Vallecano tienen preparada una sorpresa para los aficionados nada más concluir el encuentro, y necesitan el césped libre para poder llevarla a cabo. Y hasta ahí podemos leer… porque para eso es una sorpresa. Luego sí, cuando la sorpresa haya terminado, se podrá saltar al césped, pero hasta entonces un poquito de paciencia por favor. Dicho queda. Salud y suerte para este domingo. El ascenso está cada vez más cerca.