Por Juan Sin Credo
Existe un precioso poema de Ángel González, perteneciente a su libro ‘Áspero mundo’, musicalizado por Pedro Guerra, en colaboración con el propio poeta, aparecido en su álbum ‘La palabra en el aíre’ que comienza con los siguientes versos: “Por aquí pasa un río. /Por aquí tus pisadas /fueron embelleciendo las arenas, aclarando las aguas, /puliendo los guijarros, perdonando /a las embelesadas /azucenas…”.
Desafortunadamente, el paso del Manzanares por Vallecas no es ameno, como el idílico río de Ángel González. Basta andorrear por el Camino de la Magdalena, vía principal de comunicación desde Vallecas hacia su ribera, lugar inhóspito y apocalíptico, para comprobar su flagrante estado de degradación. Este fue el principal motivo por el que se convocó el pasado 22 de enero una marcha que contó con la participación de varias asociaciones vecinales, mostrando su músculo para reivindicar una rehabilitación de este espacio ecológico y también antropológico, porque, en este último caso, cuenta, entre otros vestigios, con la Casa de la Cuarta Esclusa, abandonada en la actualidad, o la Cueva de la Magdalena, prácticamente obstruido su acceso por la acumulación de escombros a su entrada.
La Casa de la Cuarta Esclusa formó parte de un proyecto faraónico, ideado por el emprendedor Carlos III para conectar el río Manzanares con el Jarama con el fin de hacerlo navegable. A partir de mayo de 1770 comenzaron a ejecutarse las obras de El Canal del Manzanares, documentándose en 1789 siete esclusas de las diez proyectadas. Por otro lado, en la Cueva de la Magdalena -topónimo tomado, según una hipótesis, de Magdalena Caballero Terrero, Condesa Viuda de Oñate, que tuvo numerosas fincas en la zona hacia la mitad del siglo XIX- se descubrieron restos arqueológicos de la Edad de Hierro, tal y como figura en el estudio ‘El cuaternario de las canteras de Vallecas’, realizado por José Pérez de Barradas junto con Hugo Obermaier y Paul Wernert.
Simplemente por estas razones de índole patrimonial, además de la conservación y protección de la naturaleza, mereció la pena la convocatoria de las ‘Marchas al Manzanares’, aparte, como casi siempre, de por el hecho de compartir una vivencia y un espacio común con el otro, con el vecino.
Recomendación
Como el que comparte una lectura, en este caso, ‘Virtudes (y misterios)’, Premio Nacional de Narrativa 2021, escrito por el redactor de ‘La Voz de Galicia’, Xesús Fraga, donde se nos narra, como un río, la esforzada vida de la abuela del autor, emigrante en los años 60 en un Londres opulento, necesitado de mano de obra abnegada para ejercer un servicio doméstico mal remunerado. Lejos queda la sentencia de Heráclito, puesto que el agua del río Manzanares sigue estando ponzoñosa a su paso por los distritos del Sur sin preocupar a nadie. Bueno… sí, al casi medio millar de vecinos de Villa y Puente de Vallecas, Usera y Villaverde que el sábado 22 de enero acudieron a su ribera.