Por Concha Párraga, Marisa Gascón y Patricia Carlavilla, enfermeras de Familia CS Campo de la Paloma y Ángela Uriarte
Todos y cada uno de nosotros sentimos nuestro hogar como un lugar de seguridad, pero ¿realmente estamos seguros en nuestros hogares? ¿son nuestras casas esos refugios de tranquilidad que nosotros creemos que son?, ¿damos a nuestras familias, a nuestros hijos y a nuestros mayores el mejor espacio para la prevención de accidentes?
Un hogar aparentemente seguro entraña numerosos riesgos que debemos aprender a reconocer para intentar evitarlos: riesgos de caídas, quemaduras, heridas, intoxicaciones, etc… Nos gustaría ayudaros a reflexionar sobre qué elementos hay en vuestros hogares que pueden ser motivo de accidentes.
Los lugares más comunes donde se producen los accidentes son la cocina y el baño. Es muy importante proteger a nuestros niños y niñas y para ello tenemos dos armas claras de trabajo: por un lado, la educación y, por otro lado, la protección en sí misma. Otro de los grupos de riesgo son los mayores por tener menor movilidad y también en muchos casos disminuidos los órganos de los sentidos (vista y oído).
Como consejos breves importantes: mantener los objetos pequeños como botones, alfileres fuera del alcance de los niños; proteger todos los enchufes de la casa para que los peques no tengan problemas de electrocución; mantener medicamentos y productos de limpieza fuera del alcance de los niños; evitar alfombras, muebles con los que los ancianos puedan tropezar y caer; en el caso de tener escaleras dentro del domicilio poner barreras para evitar precipitaciones; y proteger ventanas para evitar precipitaciones al exterior. Además, es conveniente evitar barreras arquitectónicas en baño y cocina; hacer el trabajo doméstico de manera consciente para evitar accidentes como quemaduras, escaldaduras, etc…; y no dejar jamás a los niños solos en la bañera ni siquiera un minuto.
Análisis en profundidad
Parecía que estábamos seguros, pero ¿es verdad?. Analizad cada una de nuestras habitaciones, cocina, aseo, dormitorios y salón, y ver cuáles son aquellos elementos que podrían ser susceptibles de ser los responsables de posibles accidentes dentro del hogar. Ahora está muy de moda eso de la limpieza de los hogares siguiendo métodos de “hacer feliz o no hacer feliz”. Yo diría algo más. Por supuesto, nuestro hogar debe ser un espacio donde yo pueda crecer y ser feliz, pero eso pasa siempre por ser un espacio donde podamos vivir con seguridad.
En el caso de los niños y niñas debemos ser conscientes de que no podemos mirarlos las 24 horas del día y que son más rápidos que nuestra vista. De ahí la importancia de procurar un hogar seguro, asegurar donde van a crecer y desarrollarse.
Os animo a daros un paseo consciente por vuestra casa, ¿podemos cambiar cosas? ¿Hay elementos que pueden hacernos daño? ¿Estoy procurando un ambiente seguro a mi familia?.
Manos a la obra, vamos a cambiar aquello que sabemos que podemos mejorar con pequeños gestos, a ofrecer a nuestra familia el mejor de los hogares, un hogar seguro.
Hogar dulce hogar, un hogar seguro es de verdad un dulce hogar.