Mayo, mitad de la primavera. Buen tiempo, casi veraniego. Claras expectativas de que saldremos a las calles y plazas a volver a hacerlas nuestras. Estos más de dos años de confinamiento, encerramiento, ansiedad, temores y, en algunos casos, obsesión, producidos por la Covid-19, dan lugar a una clara necesidad de reencontrarnos. Este número recoge con creces actividades ya realizadas y otras por hacer. Son muchas las páginas de la edición de mayo de 2022 que lo reflejan: las fiestas de algunos barrios; la propuesta de ‘Música en Klave de Paz’; la Paz desde Entrevías; las marchas en Cañada, encuentros entre institutos; ‘Entreencuentro’ infantil en Entrevías; ‘Vallecas Me importa’; ‘Vallekas Merece’, que no ha podido entrar en este periódico, pero que se ha estrenado con la campaña ‘Espacios Públicos Limpios’; Vallecas calle del libro; Rutas teatralizadas vallekanas; y la travesía a Ucrania de Reyes, abonado del Rayo.
Tremenda necesidad de estar en sociedad, de hacer piña y de vivir lo comunitario. Una vez más, hemos de ensanchar el corazón y conseguir incluir a aquellos que han llegado hasta aquí por necesidad desde muy diferentes países y que, al dejar de ser noticia novedosa que vende, pareciera que ya no existieran ni ellos ni sus respectivas grandes necesidades.
Está de nuestra parte que ese tomar las calles y plazas para darles vida sea más inclusivo que nunca. Que todos aquellos que han tenido que verse obligados a salir de su tierra y a dejar a su gente atrás, sientan nuestro calor y cobijo. Que cada una de las actividades, de las acciones que hagamos en estos próximos meses de primavera y verano sean una vivencia enriquecedora para todos. A las puertas está la Batalla Naval del 17 de julio que, como tantas otras actividades, vuelve después de dos años.
La calle y las plazas son nuestras y las recuperamos. La vida está más allá de cuatro paredes. Que en cada fiesta y actividad se respire ese anhelo de un real y sentido reencuentro con los otros y con uno mismo.