Entrevista con Carmen Vaillo, que presenta su primer libro ‘El Ombligo de Venus’
Carmen Vaillo, doctora del Centro de Salud Vicente Soldevilla, presenta su primer libro ‘El Ombligo de Venus’, un recorrido a través de las estaciones del año que nos llevará hacia nuestro “yo interior”, donde nos encontraremos páginas plagadas de cuentos, dibujos y poesías que nos harán viajar a lo más profundo de nuestro corazón y conocernos un poco mejor.
Por Guillermo Belinchón
Pregunta: ¿Qué le ha llevado a escribir este libro?
Respuesta: Escribo desde hace mucho tiempo poesía, un género que respeto mucho, y este año encontré un grupo de personas que escribían su primer libro y me decidí a publicar el mío. ‘El Ombligo de Venus’ te ayuda a adentrarte en ti mismo y conocerte. Muchas de sus historias están hechas para que las termine uno mismo con sus vivencias. Cada vez que lo vuelvo a releer puedo añadir acontecimientos de mi vida a las páginas. Fue un libro escrito en los meses de confinamiento, donde era de las pocas trabajadoras privilegiadas que podía seguir ejerciendo mi labor e iba andando todos los días al trabajo viendo el panorama desolador en las calles vacías de Vallecas, y escribirlo era estar en otro mundo. Un libro que lo escribí para crear un espacio imaginario que pudiera sostener a la realidad donde cada día iba al centro de salud y no sabía qué me iba a encontrar.
P: ¿Por qué el nombre de ‘El Obligo de Venus’?
R: Es el nombre de una planta que hay en mi pueblo, aunque también existe en muchas zonas de España. Es un recorrido, la planta representa mucho al libro porque las venas de la hoja son espirales que van hacia al centro, entonces es como un juego. El Ombligo de Venus de la planta es el juego que hace el libro, un recorrido en espiral hacia tu centro, hasta tu corazón; o hacia fuera, al cosmos.
P: ¿Los dibujos en forma de espiral a lo largo del libro tienen algún significado?
R: Todos los dibujos circulares son míos. Cuando escribo, el dibujo es ese momento de reposo que me sale para después seguir escribiendo. Los dibujos están hechos a la vez que está escrito el texto y forman parte de él. Simboliza ese momento de reposo que el lector necesita para después volver a la lectura, o en mi caso, para continuar escribiendo. Escribo a mano y luego lo paso al ordenador. Entonces esos momentos donde tengo que descansar la mano o pensar, son en los que hago los dibujos.
P: Ha dividido el libro en las estaciones del año. ¿Cuál es la razón?
R: Es un ciclo. El hilo del libro es que no hagamos círculos, si no ciclos como la naturaleza, porque si nos metemos en un círculo no salimos, solo repetimos y no progresamos. Haces un ciclo, das un salto y cambias. Si te das cuenta, cada vez somos diferentes y lo que tenemos que intentar es no repetirnos, sino ir avanzando, ya sea haciendo espirales hacía nuestro interior o hacia el cosmos, pero siempre progresando.
P: En la introducción cuenta que no es la misma persona que cuando empezó a escribir. ¿En qué ha cambiado?
R: No (ríe), me refiero a que fue un crecimiento. Antes de escribir el libro era una persona distinta a cuando lo terminé. Escribiendo el libro hice ese pequeño recorrido de progreso y por eso mismo digo que no soy la misma. Cuando escribí el libro a mano y luego lo pasé al ordenador, le di las gracias al libro y pensé: “madre mía Carmen, que recorrido has hecho”. Me sirvió en muchos momentos en la pandemia, donde me decía: “No puedes quedarte sumida en lo que está ocurriendo en el exterior y perderte lo que está pasando en tu interior”. La magia es esa, si tú estás bien por dentro, todo tú círculo lo va a recibir.
P: ¿Las historias del libro están basadas en personas que conoce?
R: La historia de Felisa es lo que me dejó al final de sus días. Una persona tan mayor, pero tan dulce, con tanta aceptación a pesar de lo mal que estaba…que cuando estaba escribiendo se me vino a la cabeza. Algunas de las palabras que tomé me las contó tal cual. Hay más historias inspiradas por personas. “Sueños de Plata” es una tienda de minerales de la Albufera y uno de los dueños ha comprado el libro. Le pregunté si había encontrado a su hermana en su interior y me dijo que sí, en una de las historias. Mis amigas de la infancia cuando lo leyeron se vieron reflejadas en cosas que hacíamos juntas, pero también hay otra gente que no me conoce de nada y que también se siente identificada. Al final, quieras o no, hay historias que las vivimos todos y cada uno las interpreta a su manera.
P: En los agradecimientos escribe: “Feli, tenías razón”. ¿En qué tenía razón Feli?
R: Tenía razón en que uno crece. Feli es la persona que nos dirigía en el grupo enfocado a escribir nuestro primer libro. Ella decía que cuando alguien escribe desde el corazón, ya se da ese salto de sentimiento personal. Escribí eso porque tenía mucho que agradecer en mi desarrollo personal tanto a Feli, como al propio libro.
P: Dedicándose profesionalmente al mundo sanitario, ¿qué relación hay entre la Carmen médica y la Carmen escritora?
R: La relación está en lo humano, en la persona. Ser médico es ser persona porque tratas con personas cada día que sienten y ven el mundo de formas distintas con un sentir dentro. Entonces son esas personas las que te ayudan mucho a la hora de escribir historias o poesía, y ahí está la relación. De hecho, una de las historias que hay, está inspirada en una de mis pacientes, Felisa, una señora muy mayor que en los últimos días me enseñó muchísimo. Es muy enriquecedor en la vida pasar consulta porque te cuentan muchas cosas, no solo el dolor de garganta, si no que detrás las personas tienen muchas historias interesantes y eso enriquece un libro, sus historias.