Los músicos de Vallecas

ROBERTO BLANCO TOMÁS

Nuestros lectores ya saben que la educación y el arte son dos temas que interesan bastante a la redacción de Vallecas Va. Por eso, cuando nos topamos con algún proyecto que combina estos dos elementos, el reportaje está servido. En este sentido, siempre hemos estado muy atentos a “lo que se cuece” en la escuela infantil Luisa Fernanda, pues suele ser fuente inagotable de ideas. El año pasado ya traíamos a estas páginas su proyecto Blanco y negro, y este mes nos han sorprendido con otro igual de interesante. Pasen y vean…

Nos referimos al proyecto Los músicos, que en un principio estaba pensado para las aulas de dos años, y que ha terminado extendiéndose a todas ellas, desde bebés hasta 3 años. Todo comenzó con un concierto realizado en el centro por unos padres de alumnos maestros de música. Observando el interés surgido en los niños por esta disciplina artística, el equipo docente decidió desarrollarlo, consciente de que “la música está presente en la vida diaria de los niños, y es un elemento motivador para ellos que les permite aprender, disfrutar y que fomenta su desarrollo integral”.

El proyecto ha durado desde octubre hasta este mes de marzo, participando también de forma activa las familias en algunas actividades. En él los alumnos han podido tomar sus primeros contactos específicos con la música y asociarla a las sensaciones que les produce. Poco a poco, han ido descubriendo todos los elementos que rodean a este arte. Han tocado instrumentos musicales, los han fabricado, han descubierto la escritura musical, han preparado un local de ensayo y lo han utilizado, después han preparado una sala de conciertos (la “Sala Tambores”) y han actuado en ella… Y así, poco a poco, se han ido adentrando en este maravilloso mundo y han ido ampliando sus fronteras.

Los niños han habilitado una sala de conciertos /Foto: E.I. Luisa Fernanda
Los niños han habilitado una sala de conciertos /Foto: E.I. Luisa Fernanda

Paralelamente, el proyecto iba relacionándose con otros ámbitos de la vida de los niños. Las navidades han sido especialmente musicales, con villancicos, panderetas y una exposición de instrumentos fabricados gracias al reciclaje. Los carnavales también han tenido este año como tema la música. Y por supuesto las clases de inglés han resultado una oportunidad excelente para combinar música e idioma. No podían faltar, como en otros proyectos de la escuela, una excursión —un concierto en el Centro Cultural Lope de Vega— y una instalación artística —un aula llena de objetos orientados a la producción de sonidos—, con la que los alumnos lo han pasado en grande.

En resumen, una forma muy dinámica de conseguir que los niños, al tiempo que disfrutan de lo lindo, adquieran un montón de conocimientos, experimenten sensaciones, ejerciten su sensibilidad, desarrollen habilidades tanto musicales como sociales y descubran todo un mundo infinito y apasionante: la música. Seguro que de entre todos ellos, en unos cuantos años, florece una estupenda cosecha de vocaciones musicales. Y si no es así, al menos en la inmensa mayoría la música jugará un papel importante dentro de su vida emocional. Brindo por ello.

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